Las presiones de la vida hacen que a veces, nos sintamos sofocados y entonces anhelamos un poco de brisa en el alma. Refresca, pues, tu alma con estas suaves brisas:
El fracaso es sólo la oportunidad de comenzar de nuevo más inteligentemente.
El éxito suele estar ligado a la acción. La gente exitosa está en movimiento. Comete errores, sí, pero no se rinde.
La única cosa que se interpone entre un hombre y lo que quiere en la vida es a menudo, la voluntad de intentarlo y la fe para creer que es posible.
Las cicatrices que adquirimos al ejercitar el valor nunca nos harán sentir inferiores.
En el momento en que tenemos en nuestro corazón, esa cosa extraordinaria llamada amor y sentimos su esencia, su delicia, y su éxtasis, descubrimos que el mundo está transformado para nosotros.
Un caballo de carreras, que pueda correr una milla en unos pocos segundos menos que otro, vale el doble. Esa pequeña diferencia tiene un gran valor.
La persona exitosa sacará provecho de sus errores y lo intentará de nuevo de una manera diferente.
La honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría.
Se nos dice que nunca debemos cruzar un puente hasta que lleguemos a él, pero este mundo pertenece a quienes han “cruzado puentes” en su imaginación, por delante de la multitud.
El punto de inicio de todo logro es el deseo. Mantengamos constantemente esto en la mente. Deseos débiles traen resultados débiles, igual que un fuego pequeño produce una pequeña cantidad de calor.
¿Oportunidades? Están a nuestro alrededor… Hay poder latente yaciendo por todos lados, esperando que el ojo observador lo descubra.
La mayoría de la gente se rinde justo cuando están a punto de lograr el éxito. Abandonan en el último metro, en el último minuto, a un pateo del gol de la victoria.
Hagámonos una pregunta: ¿es mi actitud digna de imitar?
No dejes que el calor de la vida te sofoque por dentro…
deja que estas brisas te refresquen, pero recuerda,
quien refresca el espíritu humano es Dios.
deja que estas brisas te refresquen, pero recuerda,
quien refresca el espíritu humano es Dios.
Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Éxodo 33:14.
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