martes, 10 de junio de 2014

Mil problemas

Así como Salomón tuvo mil mujeres, también tuvo mil problemas. No es que las mujeres le causaran problemas (bueno…, algunas sí), es que Salomón permitió que le desenfocaran totalmente del propósito de Dios en su vida. Una vez que su cabeza estuvo completamente en otro lado, comenzó a ceder a los pedidos, reclamos y caprichos de ellas. El mujeriego Salomón terminó tan sometido a sus esposas y concubinas, que terminó espiritualmente perdido, haciendo lo que ellas querían.
En fin, la persona correcta (novia/o, esposa/o) te bendecirá, edificará y complementará todos los días de tu vida. Pero con la persona incorrecta, por más bello cuerpo que tenga y por más divertida que sea, sufrirás siempre y vivirás de problema en problema.
Devocional - MIL PROBLEMAS¿Quién es la persona correcta? Es aquella que tiene su corazón totalmente entregado a Dios. Aquella que buscará tu bien en todo lo que haga. Si ama a Dios te amará a ti. Si es fiel al Señor te será fiel a ti. Si tiene bien claras las cosas en Dios, las tendrá bien claras respecto a ti. 
Primeramente tienes que mirar lo más importante de ella: mira si su corazón vive en Dios. Mira su vida en el Señor ¡y después sí, mírale todo el resto!
Con la persona equivocada en tu vida, sufrirás siempre. No te metas en problemas como hizo Salomón.
En segundo lugar, no te enamores de personas que no tienen una relación personal con Jesús, que no le han entregado su vida a él. Seréis como el día y la noche, como el agua y el aceite. ¿Cómo orará por ti? ¿Cómo y en qué ideas te aconsejará? ¿Cómo te apoyará y respaldará en tu llamado, en tus proyectos espirituales y/o ministeriales? ¿Cómo reaccionará ante las decisiones espirituales que tomes? ¿Te entenderá? ¿Respetará tu compromiso con Dios? Las diferencias espirituales terminan separando completamente a las parejas. No sufras tontamente. Enamórate de la persona correcta.
SALOMÓN Y EL GOBIERNO PERDIDO
El hombre más sabio de su época no vio anticipadamente, las consecuencias fatales de su pecado. Salomón tenía sabiduría pero le faltaba revelación. Revelación significa ver las cosas como Dios las ve. Mirar como Dios mira.
Cuando miras como Dios mira, tomas las decisiones correctas, te mantienes en santidad y en pureza y eres prosperado y bendecido en todo. Cuando miras como Él mira, nunca te sales de sus límites protectores y en todo te va bien porque Dios mismo te avala.
Dios le dio a Salomón, sabiduría, inteligencia, y también, riquezas, fama, poder y gobierno… Luego, Dios mismo le arrancó el reino, se lo destruyó, se lo quitó a causa de su gran pecado y desobediencia. Salomón escuchó a sus mujeres paganas en lugar de escuchar a Dios, escogió complacerlas a ellas en lugar de complacer al Señor y perdió su autoridad, su gobierno y su reino. ¡Todo lo que Dios le dio!
El pecado de Salomón afectó negativamente a toda su descendencia. Trajo divisiones, rupturas, pérdidas, enemistades, guerras, y siglos después la desaparición total de Israel y la cautividad de Judá. Alto precio por no ponerle freno a las alianzas políticas paganas, impregnadas de sus pasiones sexuales.
Hay límites que no debes cruzar si, al hacerlo, ofendes a Dios y actúas en contra de Su santidad. No importa quien te pida que cruces esos límites. No importa quien te presione, manipule, seduzca o amenace para que lo hagas. No importa si son tus padres, tu novia/o, tus amigos o incluso tus líderes. Si ofendes a Dios, si a Dios le desagrada, si Dios lo rechaza, NO lo hagas.
Tus pecados afectarán negativamente a toda tu descendencia. En cambio, tu santidad y búsqueda de Dios les afectarán positivamente. ¡Decide!

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