Un conferenciante, al explicar el manejo del estrés a la audiencia, levantó un vaso de agua y preguntó: ¿Cuánto pesa este vaso de agua? Las respuestas dadas oscilaron entre 20 y 500 gramos. El conferenciante continuó: "El peso del mismo no importa. Depende de cuánto tiempo intentemos sostenerlo".
“Si lo sostengo un minuto, no hay problema. Si lo sostengo una hora, tendré un dolor en mi brazo derecho. Pero si lo sostengo un día entero, tendrán que llamar a una ambulancia. Es el mismo peso para cada caso, pero cuanto más tiempo lo sostenga más pesado se pone”.
Continuó: “Y así es con el manejo del estrés. Si llevamos nuestras cargas todo el tiempo, tarde o temprano, al hacerse éstas cada vez más pesadas, no podremos seguir adelante. Al igual que con el vaso de agua, tendremos que olvidarlas un tiempo y descansar para poder seguir sosteniéndolas.
Cuando descansemos, podremos seguir adelante con la carga”.
“Así que, antes de regresar a casa esta noche, deposite la carga del trabajo. No se la lleve a casa. La podrá recoger mañana. Cualquiera que sea la carga que estemos portando, dejémosla por un momento si podemos. Relajémonos; recojámosla después, una vez que hayamos descansado.
La vida es corta. ¡Disfrutémosla!”
Y entonces compartió algunas formas de tratar las cargas de la vida:- Aceptemos que algunos días somos la paloma y otros, la estatua.
- Mantengamos siempre nuestras palabras suaves y dulces, no sea caso que debamos comérnoslas.
- Conduzcamos con cuidado. No sólo de coches vivimos.
- Nunca metamos ambos pies en nuestra boca al mismo tiempo, ya que no tendremos una pierna en la que sostenernos.
- A nadie le importa si no sabemos bailar bien; sólo parémonos y bailemos.
- Ya que es la lombriz tempranera la que es comida por el ave, durmamos tarde.
- El segundo ratón obtiene el queso.
- Cuando todo se nos viene encima, estamos en el carril equivocado.
- Los cumpleaños son buenos para nosotros; entre más tenemos, más tiempo vivimos.
- Para algunos, pudiéramos ser tan solo uno más en el mundo, pero para una persona, podemos ser el mundo entero.
- Bien pudiésemos tomar un montón de los crayones. Algunos son vivos, otros bonitos y otros dan poco color. Algunos tienen nombres raros y todos son de distinto color, pero todos tienen que vivir en la misma caja.
- Una persona auténticamente feliz es la que puede disfrutar del paisaje durante un desvío.
Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra. Salmo 119:28
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mateo 6:25
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