El cuerpo humano está compuesto por miles de tejidos, células, órganos y sistemas que se encuentran perfectamente sincronizados. También cada parte tiene una función diferente y contiene órganos específicos. En fin, el cuerpo humano es muy complejo pero perfectamente completo.
¿Hoy te miraste en el espejo? Seguro que pudiste apreciar tu piel, tu cabello, tus ojos o tus labios. Quizá te hayas encontrado con algunas arrugas o pecas que no son de tu agrado. Sin embargo, al mirarte en el espejo has podido apreciar la creación única de Dios.
Lamentablemente, muchos varones y mujeres se sienten disconformes con sus rasgos físicos, pues los medios sociales han creado un estereotipo de mujer y hombre... ¿perfecto?, con físicos muchas veces raquíticos y con desarrollados músculos, contribuyendo de esta manera, a crear un paradigma de supuesta perfección.
Pero la Palabra dice claramente, que tú y yo somos creación de Dios. Dios se tomó el tiempo preciso para diseñarte con sus propias manos, ningún detalle se le fue, ese lunar, esa nariz... todo fue un diseño exclusivo.
Dios nos diseñó con buen propósito, Él pensó en darnos lo bueno, Salmos 139:17-18 NTV "qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios. ¡No se pueden enumerar! Ni siquiera puedo contarlos; ¡suman más que los granos de la arena! Y cuando despierto, ¡todavía estás conmigo!”
Dios no sólo se interesó en formarnos físicamente, sino que también tiene planes de bien para todos nosotros, y para tenerlos, tenemos que estar en constante comunión con Él, para seguir su dirección y obedecer las instrucciones que nos da en la Biblia. Cada parte de tu cuerpo fue especialmente creada por Dios, por lo cual no luches más contra los estándares de belleza impuestos por la televisión, internet y la publicidad. Fuiste creado a imagen y semejanza de Dios y esto es motivo suficiente para darle gracias.
Cree que eres una persona bella y que tienes un buen futuro en Dios.
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