miércoles, 25 de junio de 2014

Cosas que pueden paralizar tu vida (1) - La dependencia de otro te paraliza

Y cierto día, Pedro y Juan subían al templo a la hora novena, la de la oración. Y había un hombre, cojo desde su nacimiento, al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo. Este, viendo a Pedro y a Juan que iban a entrar al templo, les pedía limosna. Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista en él, le dijo: ¡Míranos! Y él los miró atentamente, esperando recibir algo de ellos. Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda! Y asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza, y de un salto se puso en pie y andaba. Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios. Hechos 3:1-8 

Muchos viven de limosnas en la vida, cuando tienen la posibilidad de vivir en plenitud. Vivir dependiendo de otro te puede paralizar de flojera: ¿Has oído "Los diez dichos del flojo"? ¿Su decálogo? Bueno, pues aquí están para que no caigas en ellos. 
1. Se nace cansado y se vive para descansar. 
2. Ama tu cama como a ti mismo. 
3. Si ves a alguien descansando, ayúdalo. 
4. Descansa de día para que puedas dormir de noche. 
5. El trabajo es sagrado, no lo toques. 
6. Aquello que puedas hacer mañana, no lo hagas hoy. 
7. Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer que lo haga otro. 
8. ¡Calma! Nadie se murió por descansar. 
9. Cuando sientas deseos de trabajar, siéntate y espera que se te pase. 
10. Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos. 

La dependencia de cosas o personas, te roba la oportunidad de desarrollar el potencial puesto por Dios dentro de ti. La dependencia te lleva a vivir de limosnas cuando realmente, la fuente de la vida está más cerca de lo que crees. 
La Biblia dice que ese paralítico esperaba recibir algo de ellos. Y Pedro le dijo: “No tengo plata ni oro, mas lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!” Y él “de un salto, se puso en pie y anduvo. Entró al templo con ellos, caminando, saltando y alabando a Dios”. 
No mires lo que no tienes, mira lo que puedes tener. No creas que si no lo tienes no lo lograrás, cree en que lo lograrás porque no lo tienes.
Dios no te hizo para estar sentado en la acera, sino para que entres al templo caminando, saltando y alabando a Dios. Como ese paralítico, hay muchos sentados a la puerta del templo, pero accionar así no les cambia nada. Muchas cosas te pueden paralizar pero hoy puedes andar. No dejes que la soledad, las excusas o la dependencia de cosas y de gente te limiten. Dios te ha preparado para que comiences una nueva etapa en tu vida. Él no te hizo para tener parálisis mental, emocional, física o espiritual. Permite que el milagro más grande de la vida te toque hoy. Éste puede ser el primer día en que te levantes de una parálisis física, emocional, ministerial o familiar, para lanzarte a un nuevo horizonte donde podrás ver el resplandor de la gloria de Dios en tu vida. Fuiste hecho para las alturas, no para vivir en las sombras del valle de la muerte de tu pobre y triste parálisis. 

Jesús te dice hoy: “Levántate, toma tu lecho y anda”. Fuiste hecho para ser un líder genuino y no uno de papel con pies... de barro. 
¿Cuál ha sido tu excusa más frecuente? ¿De quién estás dependiendo para hacer la obra de Dios?


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