miércoles, 14 de mayo de 2014

Siendo "Rico" se hizo “Pobre”

En muchas oportunidades, he visto a personas escapar cuando ven a un mendigo, no sólo porque pide dinero, sino por la apariencia que presenta que, casi siempre, va acompañada de un olor nauseabundo, porque su ropa está manchada por las bebidas alcohólicas que ha estado consumiendo, o porque es probable que haya estado buscando alimentos en los basureros, por no poder acceder a una ducha, etc.
mendigo
Pero una vez, escuché la historia de un joven que hizo algo diferente. Se acercó a un mendigo y, para sorpresa de todos los que estaban cerca, no sólo se quitó el abrigo que tenía, sino que también se sacó los zapatos y la camisa, e intercambió sus prendas con la ropa que el mendigo llevaba puesta. Muchos se quedaron sorprendidos al verlo. Este joven hacía esto por amor y no por apariencia u obligación.
Ustedes conocen la gracia generosa de nuestro Señor Jesucristo. Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante su pobreza pudiera hacerlos ricos. 2 Corintios 8:9 (NTV)
Reflexionando acerca de este hecho, vi que son pocas las personas que realmente han entendido el amor de Dios por las almas. La palabra de Dios dice que, siendo rico se hizo pobre por amor. Podríamos decir que, se quitó la ropa real para ponerse en el lugar del necesitado, tal y como hizo este joven. En su desprendimiento, pudimos ver el reflejo del amor de Dios para nuestra vida.
Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos. 2 Corintios 12:15 (RV)
Otra persona que entendió este amor fue Pablo. Para él lo más importante era entregarse, desgastarse a sí mismo por Dios y los demás, sin importar cuánto costase, si le correspondían o no, sin condición, sin reservas, al igual que Jesús. No le importaba si ellos lo merecían o no, o si se habían metido en la inmundicia, como ese mendigo. Estaba dispuesto a empobrecerse por amor, para sacarles de ahí.
Si conoces a Jesús, recuerda que nuestro llamado es a seguir sus pasos. Él no sólo nos enseñó a predicar el evangelio, sino a ser pan partido y vino derramado por amor a otros.
Ten ánimo para seguir su ejemplo, para reflejar el amor de Dios en tu vida, sacrificándote y desgastándote por otros aunque pienses que no lo merezcan, tal y como Jesús lo hizo por ti al ir a la cruz.
¿Quién, pues, de tres estos te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: el que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: ve, y haz tú lo mismo. Lucas 10:36-37
¡Debes ser un buen samaritano, ve tú y haz lo mismo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario