En Gálatas 5:19-23 encontramos dos listas.
En Gálatas 5:19-21 están enlistados los “hechos de la carne” Estas son cosas con las cuales se identificaban nuestras vidas, antes de confiar en Cristo para salvación. Los hechos de la carne son las actividades que debemos confesar, arrepentirnos de ellas, y con la ayuda de Dios, vencerlas. Mientras experimentamos el crecimiento espiritual, los “hechos de la carne” serán cada vez menos y menos evidentes en nuestras vidas.
La segunda lista es “el fruto del Espíritu” (Gálatas 5:22-23). Esto es por lo que, a partir de ahora, nuestras vidas deben ser identificadas, ahora que hemos experimentado la salvación en Jesucristo. El crecimiento espiritual se identifica por el evidente crecimiento del fruto del Espíritu en la vida del creyente.
Cuando tiene lugar la transformación de la salvación, se inicia el crecimiento espiritual. El Espíritu Santo mora en nosotros (Juan 14:16-17). Somos nuevas criaturas en Cristo (2 Corintios 5:17). La antigua naturaleza es reemplazada por una nueva (Romanos capítulos 6-7). El crecimiento espiritual es un proceso de toda la vida, que ocurre mientras estudiamos y aplicamos la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17), y andamos en el Espíritu (Gálatas 5:16-26). Al buscar el crecimiento espiritual, podemos orar a Dios pidiéndole sabiduría en las áreas que Él desea que crezcamos espiritualmente. Podemos pedirle que nos ayude a aumentar nuestra fe y conocimiento de Él. Dios desea nuestro crecimiento espiritual, nos ha dado todo lo que necesitamos para experimentar este crecimiento, y con la ayuda del Espíritu Santo, podremos vencer más y más al pecado, avanzando con firmeza para llegar a parecernos cada vez más a nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
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