Todos dirimimos una lucha constante, una lucha diaria en contra de lo que nuestra naturaleza pecaminosa desearía hacer, pero que sabemos que ofende a Dios. Pero ahora que vivimos para Dios, todo cambia, ahora ya no vivimos para satisfacer nuestros deseos pecaminosos, sino para negarnos a ellos y así agradar a Dios.
Hay hábitos que, a lo mejor, antes practicábamos y sabíamos que desagradaban a Dios, y que ahora tratamos de evitarlos; no podemos negar que la sensación de volver a esos hábitos a veces aparece de la nada, como si después de mucho tiempo, volviésemos a sentir la inclinación a hacer lo que dejamos de hacer, y entonces, es cuando se libra la batalla entre el querer hacer lo malo y evitar hacerlo.
“No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien.” Romanos 12:21 (Traducción en lenguaje actual)
Hay hábitos que, de tanto practicarlos, sabes bien que no te sentirás contento; al contrario, te traerán consigo frustración, desánimo, sentimiento de culpa y otros que tú mismo conoces. La mayoría de nosotros sabemos que hacer lo incorrecto nunca nos hará felices, pero aún así insistimos en pensar y, a veces, hasta en llevar acabo lo malo.
Quizá recientemente te hayas sentido inclinado a volver hacer aquello que, dejaste de hacer hace tiempo, porque comprendiste que estaba mal. Quizá la tentación haya sido muy fuerte, sin embargo, eso nunca será razón para caer en eso que, sabes bien, que no es correcto.
La Biblia nos aconseja que para vencer el mal, la tentación de hacerlo, lo hagamos haciendo el bien.
¿Qué es lo que tengo que hacer, cuando me sienta muy tentado a pecar o caer en el mismo mal hábito, que hace tiempo dejé de practicar?
1. Si te sientes sumamente tentado, por lo general lo sentirás cuando te encuentres solo; por lo tanto, una buena medida para contrarrestar esto, es buscar la compañía de personas que edificarán tu vida o te darán ánimos y consejos para vencer la tentación. Porque si tropiezas, el otro puede levantarte. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse!” Eclesiastés 4:9-10 (Traducción en lenguaje actual)).
2. Para vencer el mal con el bien, puedes, también en esos momentos de tentación, ir y doblar tus rodillas para orar, pidiendo a Dios que te ayude a soportar la tentación. Jesús dio este consejo: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” Marcos 14:38 (Reina-Valera 1960).
3. Leer la Biblia es indispensable en esos momentos de tentación, porque nos enseña a mantenernos firmes a pesar de cualquier situación, y a tener ánimo. La verdad es que no hay tentación que sea insoportable, y nosotros somos capaces de soportar toda tentación que venga a nuestra vida, si lo hacemos de la manera correcta. La Biblia dice: “Todo lo que está escrito en la Biblia es para enseñarnos. Lo que ella nos dice nos ayuda a tener ánimo y paciencia, y nos da seguridad en lo que hemos creído.” Romanos 15:4 (Traducción en lenguaje actual).
4. Tenemos que entender que Dios no va a permitir que seamos tentados más de lo que podamos soportar, es decir que, si estás siendo tentado, es porque tú tienes en Dios la capacidad de vencer la tentación, pues Dios te guía hacia la victoria.“Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufran más tentaciones de las que pueden soportar. Además, cuando vengan las tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas, y así podrán resistir.”1 Corintios 10:13 (Traducción en lenguaje actual).
Querido amigo/a, Dios quiere que comprendas que la tentación de la cual estás siendo presa, es totalmente soportable. No creas que no vas a poder, ni que es más fuerte que tú, porque cuando depositas tu vida en Dios y te sometes totalmente a su voluntad, debes estar seguro de que no hay tentación que no puedas vencer; Dios estará contigo dándote la capacidad para vencerlas.
Las tentaciones no van a desaparecer, pero lo que entonces debemos hacer, es tomarnos de la mano de Dios, someternos a su voluntad, sumergirnos en su presencia para estar más fuertes y poderlas afrontar de una mejor manera.
No le pidas a Dios que quite de tu vida las tentaciones, porque eso no es posible; mientras estemos en este mundo seremos tentados a diario. Lo que sí puedes pedirle es que te dé la capacidad y fortaleza necesaria para afrontarlas y vencerlas, y éso sólo se logra cuando nos consagramos a Dios y nuestra vida depende de Él.
¡Tú puedes!, lo único que necesitas es buscar a Dios con un corazón humilde y sincero, y Dios hará maravillas en tu vida, y esa tentación, que ahora sientes como insoportable, se convertirá en algo que vencerás. Darás testimonio entonces, de la capacidad que Dios te dio para vencer lo que antes creías invencible.
¡No hay tentación imposible de superar! ¡Cuando Dios está de tu lado eres más que vencedor!
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