martes, 29 de abril de 2014

Mejor ser dos que uno

Michel Jordan, uno de los más famosos jugadores de baloncesto, mostró una actitud verdaderamente insólita en uno de sus partidos, se quedó quieto sin hacer nada, y lo más curioso fue que tenía a varios jugadores marcándole, pero no respondió como ellos esperaban. Lo que pasó aquella vez, fue que el entrenador le había dicho que se quedara quieto y no hiciera nada, porque como él era el jugador estrella, le iba ser muy difícil zafarse de los jugadores del otro equipo para ganar el partido. Así que, él obedeció las instrucciones de su entrenador durante todo el partido, dejó que el resto de su equipo hiciera lo que les correspondía, y así terminaron ganando el partido. Fue un excelente trabajo en equipo.
Michael pudo haberse negado a ser la estrella ese día, pero permitió que su equipo se llevara la fama. Una de las frases que dijo fue: “El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia gana campeonatos”.
Nuestra sociedad tiende a convertir los niveles individuales de éxito en una cuestión glamurosa, sin considerar el proceso en su totalidad. Si los objetivos se conciben y logran como equipo, las carreras u objetivos individuales destacarán por sí mismos.
Dios no quiere que nosotros seamos individualistas o que obtengamos algo sólo para nuestro beneficio, desea que pensemos en los demás, que aprendamos a trabajar en equipo y ayudemos a sobresalir a aquellos que piensan que no pueden hacerlo por sí mismos.
Tal es el caso de los amigos del paralítico que nos relata la Biblia. Ellos hubieran podido ir solos a conocer a Jesús, dejando a su amigo postrado en su cama, pero tuvieron una actitud diferente, no pensaron en ellos mismos sino en su amigo y en la felicidad que le darían. Todos trabajaron en equipo para llevarle y bajarle por el techo para que Jesús le viera y le sanara. Marcos 2.1-12
“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡Ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Eclesiastés 4:9-12
Aprende a trabajar en equipo y ayuda a aquellos que necesitan de ti.

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