domingo, 20 de abril de 2014

¡Haz lo que tienes que hacer!


¡Ponte las pilas, espabílate, no pierdas más el tiempo!
Haz lo que tengas que hacer, no lo pospongas más.
¡El día es ya, el tiempo es ahora!
Es el momento de que despiertes y actúes porque las cosas no te vendrán fácilmente, tienes que luchar por conseguir lo que quieres.
Olvídate del miedo, no pienses en qué dirán los demás.
Se trata de que concretes tus sueños, de que desafíes la tempestad y sobrepases los obstáculos. El que se detiene o retrocede, no ganará la carrera.
¡Aprende a luchar, sé perseverante!
Quita del medio la piedra, actúa como el soldado que no pierde de vista el objetivo y no termina hasta cumplir con su misión.
No invalides tus sueños ni te menosprecies. Los grandes hombres y mujeres que lograron el éxito, siguieron el ideal que les indicaba su corazón.
Pero para ser victorioso, no te olvides nunca de Dios.
Él es la fuente de fortaleza e inspiración. Él es tu roca y tu salvación. Que tu suficiencia provenga de Él. Anímate de una vez y haz lo que tengas que hacer.

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