jueves, 6 de marzo de 2014

¿Puedo Cambiar mi Pasado? - Crecimiento personal-espiritual

“Si Dios no hubiera borrado mi pasado, seguramente yo sí hubiera borrado mi futuro”.
¿Te sientes atrapado en el pasado? Seguramente, a pesar de que Dios perdonó tu pasado, todavía estás luchando contra él porque no te gusta, te sientes avergonzado por las cosas que pasaron en tu vida y aún no las puedes obviar. Puede que quieras retroceder en el tiempo y no haber hecho lo que hiciste, pero no se puede. El pasado es historia y no se puede volver a recuperar, lo único que puedes hacer es cambiar tu presente para tener un futuro mejor. Si eres cristiano, ten por seguro que Dios perdonó tu pasado y nunca se acordará del mismo. Él te ha hecho nueva criatura y espera que tú comiences a vivir la vida abundante. La única forma viable que tienes, referente a tu pasado, es que te despojes del mismo y comiences a renovar tu mente.
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente,” Efesios 4:22,23 (RV1995)
Hay un dicho que dice que "somos lo que decidimos ser", y es interesante porque el "cómo nos encontramos hoy" es producto de nuestras elecciones anteriores. A ver, en la vida cristiana siempre tienes dos opciones: ¿Eres de bendición o de maldición? ¿Qué camino escogerás, el de la vida o el de la muerte? ¿Eres un nuevo hombre o uno viejo? ¿Qué escoges? ¿Eliges seguir viviendo en el pasado o eliges comenzar a diseñar tu futuro?
Tú puedes cambiar tu pasado porque Dios ya lo cambió. Del pasado y de la historia podemos aprender de las cosas que hemos hecho o dicho. ¿Qué hacer y qué no hacer? ¿Qué decir y qué no decir?
Pero para que nuestro pasado afecte de tal manera a nuestro futuro, que el objetivo de este sea grandioso, necesitaremos cambiar nuestra perspectiva de vida e incorporar nuevos hábitos que nos lleven a una vida extraordinaria.
Los hábitos son costumbres o prácticas que generalmente se forman, cuando una persona hace algo de la misma manera y en el mismo lugar una y otra vez, hasta que lo realiza automáticamente sin esfuerzo o planificación.
Es probable que, sin querer, tengas todavía el hábito de vivir en el pasado, y dado que vives en el pasado te cuesta disfrutar del presente, piensas que es Dios quien no te ha perdonado y tratas de esforzarte pero no lo consigues. ¿Qué pasaría si te despojases de lo viejo, de los malos hábitos? ¿Qué pasaría si comenzases a incorporar nuevos hábitos a tu vida y renovases tu mente?
Lee esta historia:
“Un anciano indio Cherokee estaba conversando con su nieto. Él le dijo: 
-Los hábitos son como dos lobos hambrientos de igual fuerza que están en tu mente; uno de ellos es bueno y hace todo lo que sea positivo. Es bondadoso, comprensivo, ama incondicionalmente, siente un constante deseo de dar, ayudar, compartir, amar, y siempre anda contento; en fin, siente y hace todo lo que sea apropiado para él y los demás.... 
Pero el otro lobo, es malo. El temor y los malos sentimientos imperan en su corazón. Así que siente odio, envidia, es egoísta, y los celos devoran su ser. Siente un fuerte deseo de dominar psicológica y físicamente, es malvado, violento; en fin, vive en amargura.
En conclusión, siente y hace todo lo negativo hacia los demás, y para él hace únicamente lo que sea beneficioso.
Su nieto se quedó pensando unos momentos y le preguntó a su abuelo:
-Abuelito, y si los dos lobos pelearan, ¿cuál ganaría?
Su abuelo le respondió:
-El lobo que tú decidas alimentar”
¿A qué criatura estás alimentando, a la vieja o a la nueva? ¿De qué está llena tu mente, del pasado o del futuro?
“Sólo un hábito puede dominar a otro hábito.”
Cuando tienes buenos hábitos puedes esforzarte mejor y desarrollar una buena actitud ante la vida. Cuando tienes buenos hábitos puedes disfrutar y sonreír. Es un buen momento para buscar la ayuda de un buen adiestrador, alguien que te ayude a diseñar el futuro que quieres lograr. ¡Persíguelo!

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