martes, 18 de marzo de 2014

El cambio está en tus manos

Hay una gran diferencia entre los conceptos "lo que esperamos que suceda y lo que hacemos para que así sea". Esperar es necesario cuando las cosas están fuera de nuestro alcance, cuando, aunque queramos, no podemos hacer nada simplemente porque cierta situación no está en nuestras manos; pero esperar a que algo pase cuando nosotros mismos tenemos la solución, es caer en el error de perder el tiempo.

A veces estamos a la espera de que se solucione cierta situación, queremos que las cosas cambien, pero al mismo tiempo no hacemos nada. En esa “espera”, nos encontramos envueltos por la comodidad de dejar que “pase lo que tenga que pasar”, pero cuando vemos que nada cambia comenzamos a buscar culpables de nuestro estado.
Es difícil para el ser humano tomar la iniciativa para solucionar un problema, en especial cuando es con otra persona, porque esperamos que sea la otra parte la que pida disculpas o haga algo para que todo termine en paz, pero ¿dónde queda lo que nosotros estamos dispuestos a hacer?, ¿será que preferimos estar disgustados antes que hacer algo al respecto? Soluciones como ésta sí están en tus manos, puedes ser tú el valiente que termine con todo lo que te incomoda.

Ocasionalmente estás esperando que algo cambie tu situación, y en la espera te encuentras observando sin hacer nada al respecto, como esperando que repentinamente algo suceda y te saque de tu actual estado a otro. Sí, es cierto que Dios puede hacer todo lo que puedas imaginar, pero hay ocasiones en las que también debes actuar, no dejar que pase el tiempo y empeore tu situación, sino tomar la iniciativa y la determinación de actuar antes de que sea tarde.

O tal vez estás esperando el momento perfecto en que Dios, o la misma vida, te coloque para actuar ante tu situación, pero… ¿estás seguro que ese tiempo no ha pasado ya mientras esperabas?; seguro que si le preguntaras a Dios, si es el momento de ir y solucionar ese problema familiar o personal, ni siquiera terminarías de formular la pregunta, cuando Él ya te estaría respondiendo: SIEMPRE ES TIEMPO.
Hay soluciones que tú mismo tienes en tus manos, cosas en las que no tienes que esperar a que pase más tiempo para que se solucionen, porque la misma espera del momento “perfecto” puede derivar en un momento trágico, que te puede quitar la oportunidad por completo; hoy tienes un momento para actuar, pero mañana... no se puede saber.
Tú puedes tomar hoy la decisión de terminar con todo lo que te preocupa, con eso que tanto mal te ha hecho. A veces es necesario tener el valor y la humildad de ser quien da el primer paso, a pesar de no ser el responsable de lo que sucede. La gran respuesta que esperas puede estar escondida detrás de sólo una decisión, la decisión de comenzar por ti mismo el cambio que tu vida necesita.

“Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás, y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana”.

2 Timoteo 1:7 (Traducción en Lenguaje Actual)


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