lunes, 24 de marzo de 2014

Carta de una persona importante - Reflexiones

Querido socio de negocios o empleado:
He decidido que hoy voy a ser su cliente. No importa en qué parte de la organización esté usted, no importa qué parte del trabajo desempeña, usted es parte de mi experiencia de servicio al cliente. Usted determina si regresaré o no.
Cuando visito o llamo a su lugar de negocios, espero ser tratado bien por la gente que me va a atender. Pero juzgo su trabajo mucho más que sólo por su “servicio al cliente”. Observo todo. Hago preguntas: ¿Está todo limpio y en buenas condiciones? ¿Son el servicio o el producto de buena calidad? ¿Llegará el producto a tiempo y en buen estado? ¿La forma de efectuar los pagos y el personal serán eficientes y correctos? ¿Estarán los estantes bien provistos y ordenados? ¿Los mensajes telefónicos serán claros y fáciles de entender? ¿Cuánto tiempo tendré que esperar al teléfono porque me pasarán de departamento en departamento?
Quizá nunca me conocerá personalmente. Puede que ni me vea, pero debe apreciarme mucho. Después de todo, soy la razón de que sus negocios existan, la razón de que tenga trabajo. Haga su parte para que yo mejore mi experiencia, y volveré para darle mis mejores ganancias.
Atentamente,
Su cliente.
Déle al mundo lo mejor de usted y lo mejor volverá a usted.
Efesios 6:7
Sirviendo de buena voluntad como al Señor y no a los hombres.

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