sábado, 15 de febrero de 2014

No Vendas Tu Ministerio

Es penoso ver a muchos "artistas cristianos" cómo no atienden una actividad, si antes no se habla de la cantidad de dinero que cobrarán por la misma.
¿Por qué hoy en día muchos Pastores, Evangelistas, Profetas y Cantantes cobran anticipadamente para atender cualquier tipo de evento? Frecuentemente se hace fácil escuchar a personas, que dicen no asistir a la iglesia porque afirman que el entorno “cristiano" se ha vuelto un negocio, y lo más triste es que es verdad lo que dicen.
No vemos en la Biblia a ningún hombre de Dios, salvo Balaam, vendiéndose por atender aquello a lo cual estaban llamados a hacer.
El problema surge cuando queremos ocupar el lugar de Dios, y olvidamos que Él conoce nuestras necesidades y que es Poderoso para darnos todo, con mucha más abundancia de lo que pedimos, entendemos o esperamos.
Es penoso ver a muchos “artistas cristianos” que no atienden una actividad, si antes no se habla de la cantidad de dinero que cobrarán por la misma, centrándose de esa manera en las cosas terrenales y dejando de lado el Propósito por el cual Dios les quiere llevar allí. En otras palabras, ya no son movidos por Dios sino por el dinero, sirven a Dios por el dinero que recibirán y no por el llamado que Él les ha hecho.
“…el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.” Filipenses 3:19
No vendas tu Ministerio. Si eres cantante evangelista, profeta, o ejerces cualquier función dentro de la Iglesia de Jesucristo, no vendas aquello que Dios te dio. Cada vez que cobras por hacer algo para Dios, le estás poniendo precio a tu ministerio, o sea, TE ESTÁS VENDIENDO.
Si bien hay gente muy desagradecida a la hora de bendecir y de dar, aún así debemos depositar nuestra confianza en el Dios Todopoderoso al cual servimos, e influir en el corazón de la gente para suplir sus necesidades conforme a sus riquezas en gloria.
Nunca olvides tus principios, de dónde vienes y de dónde Dios te levantó, ya que cuando te olvidas de esto, sirves a Dios no porque le amas sino por dinero, fama y bienes materiales. Hazme caso, NO VENDAS TU MINISTERIO.

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