lunes, 3 de febrero de 2014

No te rindas ante las pruebas

La fe que tienes es revelada cuando eres probado; entonces, el tamaño de tu fe determina el tamaño de tu resistencia.
Cada vez que Dios te quiera llevar a un nuevo nivel en tu vida tendrás que superar pruebas. Las pruebas no son opcionales; son obligatorias e imprescindibles de superar. Forman tu carácter, personalidad y forma de ser. No te puedes rendir ante una prueba, debes rendirte ante el Dios que te puso esa prueba.
¿Será que la prueba que estás pasando es el fin de todo?, ¿o simplemente el comienzo de una nueva etapa a la que Dios te está llevando?
Quien prolonga o disminuye el tiempo de prueba somos nosotros, es decir, si somos sensibles y no nos cuesta aprender, induciremos a Dios para pasarnos al siguiente nivel pero, si por el contrario somos duros y reacios a lo que Dios nos está tratando de hacer o entender, prolongaremos ese tiempo meses o años.
Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro. Job 23:10
Dios estaba tratando de llevar a Job a un nivel de vida muy superior al que había vivido, pero para ello tenía que ser probado, y la forma como Dios lo hizo fue quitándole todo, dejándole prácticamente sin nada.
Lo más impresionante es que Job sabía que la prueba no era más fuerte que el Dios que se la había puesto. Nada de lo que estás padeciendo es más poderoso que el Dios Todopoderoso que está dentro de ti. Dios busca a gente que, cuando sea probada no mire atrás, que no se queje y que no le eche la culpa a los demás de lo que está viviendo.
La fe que tienes es demostrada cuando eres probado; entonces, el tamaño de tu fe determina el tamaño de tu resistencia ante la prueba. Las adversidades acrecientan tu fe, tu paciencia y tu dependencia de Dios. No te rindas ante las pruebas, ríndete ante Dios que te las puso.

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