El reconocimiento, agradecimiento y admiración son muy importantes, y por eso hay que hacérselos saber a la persona amada. Pero ¿qué hay de nuestro Padre Celestial? Él nos ama, y tanto a usted como a todos nos ha dado más tiempo de vida.
¿ESTAMOS AGRADECIDOS?, ¿RECONOCEMOS SU EXISTENCIA, FIDELIDAD?, ¿ADMIRAMOS SU GRANDEZA?
El tema se llama LA LLAVE MAESTRA. Sí, así es, la llave maestra. Primero veamos, ¿qué significa esto? La llave maestra es aquella llave que abre más de una puerta; tiene la característica de tener esa propiedad que no todas las llaves tienen.
Dios, queridos amigos, hermanos, es esa llave maestra que puede abrir cualquier puerta para nosotros. Dios es esa hermosa llave maestra, que al usarla puede abrir aquella puerta que estamos deseando que se abra.
Pero a veces, y después de que Dios nos cumple algún deseo de nuestro corazón, que por cierto Él puso en ese corazón, tendemos a olvidarnos de nuestro Padre, cuando debería ser todo lo contrario.
Decirle GRACIAS no sólo es un gesto de cortesía, sino también de RECONOCIMIENTO del gran amor que tiene con nosotros.
A Dios siempre le agradó, y es más, su corazón se conmueve cuando sus pequeños, nosotros, reconocemos, agradecemos y decimos que le amamos. El amor no se fuerza y por eso Él espera como un caballero. No nos va a obligar a amarle pero sí puede inducirnos a que nos enamoremos de Él. Y eso es lo que hace día a día cuando abrimos los dos ojos que tenemos, o cuando tenemos ese trabajito; lo que sea que tengamos hoy es gracias a Dios.
Algunas personas dicen pero ¿por qué?, ¿por qué tengo que agradecer? Si todo el éxito es gracias a mi esfuerzo, a mis amaneceres en el escritorio frente al ordenador. ¡Claro que es verdad que es fruto de tu esfuerzo!, pero, ¿quién te dio la vida?, ¿quién te creó?, ¿quién hizo al rector de tu universidad?, ¿quién creó esos productos que ahora vendes?, ¿gracias a quién puedes preparar esa deliciosa merienda que haces para tu familia?, ¿quién le dio esa inteligencia al hombre para que conquiste la tecnología? Fue DIOS.
Dios es bueno, y nuestro Salvador Jesucristo es quien vino aquí para reconciliarnos con nuestro Padre. Démosle gracias con todo nuestro corazón. Un ratito ahí donde estás, aunque no puedas cerrar tus ojos porque estás en la oficina o haciendo alguna otra activad, y concéntrate en estas sencillas palabras:
GRACIAS POR TODO PADRE MÍO, GRACIAS EN EL NOMBRE DE JESÚS. RECONOZCO QUE TÚ ERES QUIEN HACE TODO ESTO, GRACIAS POR MIS PADRES, HERMANOS, ESPOSO(A), POR ESOS HIJOS. GRACIAS POR EL AGUA, POR TODO, MUCHAS, MUCHAS GRACIAS.
ESA LLAVE MAESTRA PUEDE ABRIR CUALQUIER PUERTA, Y LO SABES. ES HORA DE ABRIR TU CORAZÓN PARA DARLE GRACIAS A QUIEN TE HA DADO ESTA HERMOSA VIDA, SONRISA.
ALÁBALE CON UN GRACIAS, ALÁBALE MIRANDO AL CIELO Y MIRA SU GRANDEZA, CONTEMPLA, OBSERVA Y DÉJATE CAUTIVAR POR SU SER.
TEN UN HERMOSO DÍA, Y SI TIENES TRISTEZA DENTRO DE TU SER, ALABA CON MUCHA MÁS FUERZA, QUIZÁS CON LÁGRIMAS POR TU AFLICCIÓN, PERO AMIGO(A), LLORA CON DIOS.
TE DARÁ PAZ, TE DARÁ ALEGRÍA.
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