Posiblemente todos conocemos la historia de Moisés, cuando se encontró con el Mar Rojo delante y detrás tenía a todo un ejército persiguiendo al pueblo de Israel. Seguramente él no creía que Dios iba a darle una salida tan sencilla y al mismo tiempo tan insólita, con la que mostraría su gran gloria y poder. No le pidió que pelease contra ellos, Dios no le dijo que cruzasen nadando, Dios sólo le dio una instrucción sencilla, le dijo: "alza tu vara, extiende tu mano y marchen". “Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, éste se abrió y, cuando amanecía, el mar se volvió con toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraron con el mar; Jehová derribó y sepultó a los egipcios en medio del mar.” Éxodo 14:27
No te hundas en tus problemas, cualquier ejército que esté detrás tuyo no podrá tocarte, pues Dios sólo te pide que hagas algo sencillo: Que tengas fe y creas en las promesas que te ha hecho; al igual que Moisés confió, creyó y obedeció.
“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.” Mateo 17:20
Te invito a confiar en Dios, que ningún problema, vicio, deuda, etc., te atormente. Dios no te pide grandes sacrificios, ten la seguridad de que con la fe eres capaz de ver cumplidos todos tus sueños, solucionados tus problemas, derribar ejércitos y cualquier otra cosa que venga contra ti.
Extiende tu mano y obedece, no imaginas lo que Dios hará.
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