martes, 14 de enero de 2014

¿Por qué no valoras lo que tienes? - Ánimo en mensaje


En esta vida todo tiene su momento; hay un tiempo para todo.
Eclesiastés 3,1
¿Por qué? Es una contradicción del ser humano pasar a veces la vida entera pidiendo aquello que no tiene, y cuando Dios le bendice con el anhelo de su corazón, algo sucede que le hace perder el interés y no valora la bendición.
Quisiera exhortar a todas las personas a valorar lo que tienen, sobretodo aquello por lo que en oración clamaron y que ahora lo están descuidando de la manera más necia.

Con todo el amor que Dios pone en mi corazón quisiera exhortar a todos, y de manera muy particular a los estudiantes que tienen la bendición de estudiar en su país. Es una bendición que los padres den estudios a sus hijos con la provisión de nuestro Padre Celestial.
Estudiar es un privilegio del que no todos gozan, y aquellos que lo tienen necesitan valorar y dar todo de ellos. Todo tiene su tiempo, y si eres estudiante en estos momentos, tu prioridad es estudiar, y a través de tus calificaciones darle toda la gloria a Dios. Cada buena calificación es un TE AMO Padre Celestial, y TE AMO padres de carne y hueso.

A veces escuchamos a nuestros progenitores, que se ven obligados a trabajar muy duro para dar lo que necesitan sus hijos, hablar acerca de lo difícil que están las cosas en su trabajo. Y sentimos vergüenza cuando les oímos hablar. Sentimos vergüenza y coraje con nosotros mismos porque, mientras nuestros padres se están deteriorando en el trabajo, nosotros muy inmaduramente ocupamos nuestra mente en otros asuntos; asuntos que Dios nos confirmó, Él mismo, que tomaría las riendas.

Querido amigo(a) estudiante, no te distraigas, no lo hagas más, todo tiene su tiempo para cada cosa que se hace bajo el cielo, y en estos momentos tus prioridades son otras. Estudia tan duro como sea posible, date el gusto de decirle a tu Padre Celestial, “LO LOGRAMOS”, y luego un “GRACIAS” a tus padres de carne y hueso, que día a día desempeñan labores que quizás no desearían llevar a cabo pero que lo hacen por ti y por mí.
No echemos por la borda todo ese esfuerzo y mucho menos la bendición de estudiar.
Si en estos momentos te has dado cuenta del tiempo que has perdido, ánimo, aún nada está perdido. Si te falta superar todavía algunos exámenes, pruebas, prepárate para ellos con todo ese don que Dios te ha dado.
Haz sonreír a Dios, a tus padres y a ti mismo(a) con tus habilidades desarrollándose en plenitud.

Yo me acabo de dar cuenta de mi falta de sabiduría por no haber dado todo de mí hasta ayer en mis estudios; responde, ¿tú ya te diste cuenta?

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