sábado, 4 de enero de 2014

Artículos Para Líderes - Servicio

Para progresar, pon a los demás primero.
Cuando piensas en servidumbre, ¿la imaginas como una actividad realizada por personas relativamente poco capacitadas, en lo más bajo de las capas sociales? Si es así, tienes una impresión equivocada.
El concepto de servidumbre no se refiere a posiciones ni a habilidades. Tiene que ver con actitud. Es probable que hayas conocido a personas en posiciones de servicio con actitudes muy pobres hacia el concepto de servir: el trabajador rudo de una agencia de servicio del gobierno; el camarero al cual no le puedes molestar pidiéndole tu comida, o el empleado de la tienda que habla por teléfono con un amigo, en lugar de atenderte.
Tal como te sientes cuando un trabajador no quiere ayudar a la gente, puedes detectar también cuando un líder tiene un corazón de siervo, y la verdad es que los mejores líderes desean servir a otros, no a ellos mismos.
 ¿Qué significa personificar la cualidad de siervo? Un verdadero líder servidor:
1. Pone a otros a la cabeza en su propia agenda.
La primera señal de servicio es tu habilidad de poner a otros por delante de ti mismo y de tus deseos personales. Es más que desear poner tu agenda en espera. Significa ser intencionalmente consciente de las necesidades de tu gente, estar disponible para ayudarles y ser capaz de aceptar sus deseos como importantes. 
2. Posee la habilidad y seguridad para servir.
El verdadero corazón del siervo es su seguridad. Muéstrame a alguien que piense que es muy importante para servir, y te mostraré a alguien que es básicamente inseguro. La forma en que tratamos a otros es realmente un reflejo de cómo pensamos de nosotros mismos. El poeta-filósofo Eric Hoffer captó este pensamiento:
El hecho notable es que amemos realmente a nuestros vecinos como a nosotros mismos; hacemos a otros lo que queremos que otros hagan con nosotros. Odiamos a otros cuando nos odiamos a nosotros mismos. Somos tolerantes con otros cuando nos toleramos a nosotros mismos. Perdonamos a otros cuando nos perdonamos a nosotros mismos. El amor sólo al yo es precisamente la raíz de los problemas que afligen a nuestro mundo.
Sólo los líderes seguros dan fuerza a otros, y los líderes seguros demuestran ser servidores. 
3. Toma la iniciativa en el servicio a otros.
Casi nadie servirá si es obligado a hacerlo. Algunos servirán en una crisis. Pero lo que sí se puede ver es el corazón de alguien que toma la iniciativa en servir a otros. Los grandes líderes ven la necesidad, aprovechan la oportunidad, y sirven sin esperar nada a cambio.
4. No impone su posición.
Los líderes servidores no se fijan en rangos o posiciones. Cuando el coronel Norman Schwarzkopf caminó por un campo minado, el rango fue la última cosa en su mente. Era solamente una persona tratando de ayudar otra persona. Si algo le dio a él un sentido mayor de obligación de servir fue ser el líder. 
5. Sirve por amor.
El servidor no se motiva por manipulación o por auto-promoción, sino por amor. Al final, el alcance de tu influencia dependerá de lo profundo de tu preocupación por otros. Por eso es tan importante para los líderes estar dispuestos a servir. 
Reflexionemos.
¿Dónde está tu corazón cuando se trata de servir a otros? ¿Deseas llegar a ser un líder para obtener gloria y beneficios?, ¿o estás motivado por un deseo de ayudar a otros?
Si realmente quieres llegar a ser el tipo de líder al que la gente quiere seguir, tienes que decidir ser un verdadero servidor. Si tu actitud es que te sirvan más que servir, puede que tengas problemas. Si esto es un problema para tu vida, necesitarás poner atención a este consejo:
  • Deja de enseñorearte de las personas y empieza a escucharlas.
  • Deja de actuar en busca de ventajas personales y empieza a arriesgarte por el beneficio de otros.
  • Deja de buscar tu propio beneficio y empieza a servir a otros.
  • Es verdad que aquel que quiera ser grande tiene que ser como el más pequeño y el siervo de todos.
Y para mejorar tu servicio haz lo siguiente:
A. Haz cosas pequeñas. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste pequeños actos de amabilidad por otros? Empieza con los que están más cerca de ti: esposo o esposa, hijos, padres. Encuentra formas de hacer cosas pequeñas que muestren a otros tu preocupación e interés por ellos.
B. Aprende a caminar despacio por entre la multitud. La próxima vez que asistas a alguna actividad con clientes, colegas o empleados, hazte el propósito de conectarte con ellos moviéndote y hablando. Concéntrate en cada persona que se encuentre presente. Aprende el nombre si no lo sabes. Trata de conocer las necesidades de cada uno, lo que quieren y sus deseos. Después que hayas vuelto a casa, escribe una nota para recordar hacer algo beneficioso por una media docena de esas personas.
C. Entra en acción. Si la actitud de servir está visiblemente ausente de tu vida, la mejor manera de cambiarla es comenzar a hacerla. Empieza a servir con tu cuerpo, y tu corazón finalmente lo captará. Comprométete a servir a otros durante seis meses en tu iglesia, agencia comunitaria u organización de voluntarios. Si tu actitud todavía no es buena al final de ese período, hazlo de nuevo. Y sigue haciéndolo hasta que cambie tu corazón.

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