Dios entiende tu aflicción, especialmente en los aniversarios, cumpleaños y vacaciones. Él también sabe que el duelo es una parte importante del proceso. Él nunca prometió guardarnos del dolor de perder a un ser querido, solamente que nos ayudaría a superarlo. Quizás estas 6 sugerencias te puedan ser de ayuda:
(1) Júntate con otras personas
Dentro de un grupo descubres que no estás solo, el duelo no es una enfermedad u auto-compasión, y compartir con aquellos que te comprenden, te sana.
(2) No niegues tu pérdida
La Biblia dice: “La memoria del justo es bendecida…” (Proverbios 10:7). Cuando estés con amigos, no dudes, no te apure hablar de la persona querida que perdiste. Cuando lo hagas, les dices que está bien, que ellos también compartan sus recuerdos.
(3) Haz que tu “familia” crezca
Salomón escribió: “Mejor es un vecino cerca que un hermano lejos” (Proverbios 27:10b). Por lo tanto, si no tienes (e incluso si los tienes) familiares cerca, arrímate a aquellas personas que se preocupan y que están a tu lado.
(4) No trates de hacerlo todo
Recuerda: “…tiempo de llorar…” (Eclesiastés 3:4). Debido a que el duelo agota tanto, necesitarás más descanso de lo habitual. Mientras tu habilidad para funcionar bien siga reducida, deja que otros te ayuden con los quehaceres diarios de la casa, como cocinar, limpiar, y hacer las compras, hasta que recobres las fuerzas.
(5) Cuídate
Respeta tu cuerpo utilizando las siglas DEBA (descansar, ejercitarse, beber y alimentarse) para ayudarte a centrarte.
(6) Protege tus límites
Nadie sabe mejor que tú como te sientes, así que no dudes en tomar la libertad de decir: “No, gracias”, o “Mejor, dejémoslo para otra ocasión”, sin sentirte culpable.
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