¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Que todo el mundo se dé cuenta de que ustedes son buenos y amables. El Señor Jesús viene pronto. Filipenses 4:4-5 (Traducción en Lenguaje Actual).
Hay un arquetipo que se ha ido rompiendo en la actualidad, y es el de pensar que ser cristiano implica tener una vida aburrida y gris, que vivimos en base a legalismos que nos prohíben muchas cosas; eso creen las personas que están buscando una religión, pero no una relación con Dios. Piensan que es suficiente una serie de leyes u obligaciones, de las cuales no saben del por qué, ni el para qué, sino que simplemente las tienen que cumplir, y ya. Pero de qué vale cumplir si nuestro corazón está lejos de lo que realmente debemos buscar, o sea,… DIOS.
Muchas veces las personas nos tildan de amargados, criticones, antisociales, raros o anormales, porque no hacemos lo mismo que el mundo hace, lo que nos debe tener sin cuidado; pero aunque muchas veces no nos importe lo que piensen los demás, hay un testimonio que guardar y una fe, que sin obrar es una fe muerta.
Hay que lograr cambiar esa imagen en las personas que nos rodean, y que sea Jesús reflejándose en cada cosa que hagamos. El mundo se tiene que dar cuenta de que somos buenos hasta con nuestros enemigos, amables, y aún más con las personas que no conocen de Dios, para que ellos también anhelen esa gracia y ese amor que Nuestro Padre deposita en cada uno de nosotros, y así lleguen a sus pies. Seamos sociales con el amargado, brindémosle una sonrisa y un "Dios te bendiga" a nuestro vecino o compañero de trabajo que siempre pasa el tiempo hablando mal de nosotros, extendámosle la mano al necesitado.¨Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias¨ Filipenses 4:6 (Reina-Valera 1960).
Y no te preocupes por nada, suelta tus cargas, entrégaselas a Cristo, que si Él te respalda no estás perdido, coloca todas tus necesidades en sus manos, ora siempre a Dios incluso por la más mínima cosa. Pero también tienes que darle gracias por todo lo que hizo, lo que está haciendo y lo que hará. Si hay algo que de verdad mueve su corazón es que tengamos fe y le demos gracias por lo que creemos que vaya a hacer, no seamos como el mundo, que sólo agradece cuando ve el favor ya cumplido pero entre tanto no lo hacen.
Cuando descansamos en la presencia de Dios y oramos, Él nos llena de su inmensa paz, aunque no logremos entender cómo esa paz nos trasforma y nos hace ver las cosas de otra manera. Así lograremos estar en paz con nosotros mismos y resguardar nuestro corazón y nuestros pensamientos. Esto es muy importante y lo tenemos que tener en cuenta para disfrutar de nuestra vida en Cristo: cuando estamos en paz, vemos la vida pintada con maravillosos colores.
Valoremos este consejo que nos da Pablo, que a pesar de tener tantas tribulaciones, nos dice que vivamos con alegría la vida cristiana.
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