“Tú has sido escogido para conocerme, para creer en mí y comprender que sólo yo soy Dios”
Isaías 43:10 (Nueva Traducción Viviente)
El mejor llamado que puede tener un creyente es el de conocer a Dios. Y en ocasiones tan gran privilegio no es aprovechado. En el antiguo pacto, solamente los pertenecientes a la tribu de Leví podían ministrar en el templo, y sólo a los sacerdotes se les permitía entrar a la presencia del SEÑOR. No obstante, en el nuevo pacto, y por medio de la obra de la Cruz, a los creyentes se les permite entrar directamente a la presencia de DIOS, como quien entra a un cuarto a visitar a su padre.

En la medida que los hijos de DIOS buscan al Padre para amarle y conocerle, Él se revelará mostrando aspectos de Sí mismo que no son conocidos por todos. Sólo aquellos que han probado conocer a DIOS en la intimidad le buscan incansablemente, pues solamente Él sacia. El SEÑOR es el tesoro más grande, y dichosos son todos los que se deciden a conocerle y creer en Él.
El regalo de la intimidad con DIOS a los creyentes se les da por gracia; no obstante no fue gratuito, Jesús pagó el precio. Valora el regalo más grande que se te ha dado.
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