La culpa es una carga demasiado pesada. Te hace sentir triste e infeliz.
No te deja dormir porque tu conciencia te lleva constantemente a enfrentarte con la realidad de tu falta, delito o pecado. Vivir de esa manera con resentimientos, miedos y culpas no es vida. Es como vivir esclavo y preso de tus errores, más aún, es como vivir un infierno interno.
No te deja dormir porque tu conciencia te lleva constantemente a enfrentarte con la realidad de tu falta, delito o pecado. Vivir de esa manera con resentimientos, miedos y culpas no es vida. Es como vivir esclavo y preso de tus errores, más aún, es como vivir un infierno interno.
Pero hoy puede ser un día diferente para ti. Así como en una ocasión un ladrón al lado de la cruz de Jesús, reconoció sus pecados y pidió perdón, tú puedes recibir ese perdón y ser libre de esa culpa. Jesús, mediante su sangre preciosa al morir en la cruz, murió por nuestros pecados y no sólo eso, sino que por esa preciosa sangre nos lava, purifica y redime. Con sólo aceptarle, puedes comenzar a experimentar el perdón en tu corazón.
También existen cosas por las que todavía puedes hacer algo. Errores que puedes enmendar, y si es así, no debes perder más tiempo sino hacerlo. Mientras más pronto lo hagas, mejor será para ti. Se siente uno muy bien al experimentar la verdad y la libertad desde lo más íntimo de nuestro ser.
No andes más oprimido, deprimido o como si estuvieras muerto estando vivo. No escondas tus culpas y pecados tras las adicciones o tratando de ignorarlo. Porque muchos tratan de ignorarlo, pero cuando llega la noche y hay silencio, no pueden dormir porque la culpa casi los aplasta.
La buena noticia es que Dios, con su grúa de perdón y gracia, puede remover los escombros más pesados de la vida de cualquier ser humano. Él allana el terreno de tu vida para que puedas reconstruirla sobre cimientos sólidos. La pregunta es: ¿quieres pasar tu vida cargando con ese peso, sintiéndote culpable aún por cosas de las que realmente no tienes culpa o que ya Cristo te perdonó?, o ¿deseas recibir en tu corazón ese hermoso regalo que Dios te ofrece hoy?. Ese perdón lo puedes recibir con un corazón humillado y sincero, está tan accesible a ti como que hagas una oración a Jesús confesando tus culpas y todo lo que sientas que debes decirle a Él.
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