martes, 24 de diciembre de 2013

La prisión - Devocional

Dos hombres habían compartido una condena injusta durante largo tiempo. En la prisión recibieron todo tipo de maltratos y humillaciones.
Una vez libres, volvieron a verse años después y uno de ellos preguntó al otro:
- ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?
- No, gracias a Dios ya lo olvidé todo, contestó. ¿Y tú?
iStock_000001511480XSmall- Yo continúo odiándoles con todas mis fuerzas, respondió el otro.
Su amigo le miró unos instantes y luego dijo: Lo siento por ti. Si es así, significa que aún te tienen preso.
A veces pasamos por situaciones dolorosas en nuestra vida que pueden haber sido muy largas o breves, pero el caso es que nos dejaron marcados.
Sin importar cómo fueran, hay ocasiones que, como el prisionero, aunque ya pasó ese momento de dolor, esa prueba, verdaderamente no nos liberamos, nos mantenemos dentro de esa prisión. Aparentemente somos libres, pero el recuerdo nos mantiene prisioneros y no nos permite disfrutar de la libertad que nos ha sido dada.
Tal vez haya gente a la que no has podido perdonar o posiblemente no has podido perdonarte por algo que hiciste, y aún ahora, aunque ha pasado mucho tiempo, el recuerdo de aquellos momentos te llena de odio, de tristeza, de rabia o impotencia.
¡Olvídalo todo, ten ánimo para perdonar y sigue adelante! Recuerda lo que Pablo les dijo a los Filipenses:
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” Filipenses 3:12-14
No te detengas, sigue adelante. Que los recuerdos no te impidan seguir. Si ya pediste perdón por algo que hiciste, o perdonaste a quien te hirió, sigue adelante. Que el recuerdo de esos momentos no te traigan dolor, sino que te animen a seguir sabiendo de dónde te sacó Dios y recordando que tiene un propósito especial para tu vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario