Todos tenemos batallas en nuestra mente, y dependiendo de la decisión que tomemos ante estas batallas, tendremos paz o angustia y desesperación. Lo que el hombre siembra, eso también segará.
En la batallas de la mente se almacenan muchas voces que nos llevan a tomar una decisión. Y la Biblia nos enseña que todo nos es lícito, pero no todo conviene.
Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo puro, todo lo amable, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Dios, conociendo nuestra naturaleza pecaminosa que siempre nos quiere llevar por caminos equivocados, nos anima a reflexionar en Su Palabra que dice: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en ti ha confiado. Isaías 26:3.
En la vida siempre vamos a encontrar un número indeterminado de tentaciones, pero así mismo tenemos el libre albedrío, la posibilidad de elegir y decidir.
Y Dios tiene diversas maneras de mostrarnos lo que está bien y lo que está mal, las dos opciones siempre nos serán dadas y aunque a veces hagamos oídos sordos, en el fondo del corazón siempre tendremos la respuesta de lo que es correcto y conveniente.
Porque toda acción tiene una reacción y/o consecuencia; que esta sea positiva o negativa depende absolutamente de la decisión y/o camino que elegimos transitar.
Escucha consejos, los buenos consejos, escucha la voz de tu corazón y piensa siempre en el tiempo futuro, el tiempo de después al tomar cualquier decisión.
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