Las goteras son filtraciones que se producen en los techos de las viviendas que aparecen poco a poco. Pequeñas gotas empiezan a caer hasta que se vuelven un hilo de agua, que empieza a arruinar nuestras paredes y el suelo si no lo reparamos a tiempo.
Del mismo modo, una relación puede convertirse en una molesta gotera cuando no arreglamos a tiempo los pequeños problemas. Dejamos pasar por alto algunas situaciones sin solucionar, hasta que hacen que la relación sea insoportable.
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” Efesios 4:26
Generalmente esto pasa cuando no obedecemos a Dios y dejamos sin solucionar un pequeño enojo que hemos tenido, alimentando este sentimiento por más tiempo del que Dios nos permite. Como no hemos solucionado el problema, lo más probable es que vuelva a pasar y a provocar que nuestro enojo vaya creciendo, hasta darnos cuenta de que la relación está totalmente arruinada.
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. Salmos 4:8
¿Te das cuenta que uno de los ruidos que más molesta es el de una gotera por la noche? Si tu corazón no está bien porque estás almacenando en él sentimientos negativos, lo más seguro es que “No” tengas paz y no duermas tranquilo porque todavía sigues confiando en tu orgullo, en tus propias fuerzas y no en Dios, quien te manda perdonar.
Si ya estás cansado de esas molestas goteras en tu vida, es importante que empieces a reparar lo antes posible esas imperfecciones de tu casa. Comienza orando, pidiendo a Dios por la vida de esa otra persona, luego búscala y dile lo que te molestó, arregla cuentas presentando siempre soluciones, pide perdón y perdona si es necesario; decide vivir una vida sin goteras y en paz.
El orgullo y la desobediencia te alejan de Dios, por tanto no permitas que pase más tiempo. Haz a un lado tu enojo, toma una decisión y cántale a Dios ésta hermosa canción: “Por un momento en tu presencia, por un destello de tu gloria, por un minuto nada más, todo daría, no importaría lo que tenga que pasar, lo que tenga que esperar…”
¡Hoy decídete por Él, no decidas más por ti!
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