Es normal escuchar “debo recuperar el tiempo perdido” en boca de alguien que parece haberlo desperdiciado. Con un esfuerzo superior a lo normal se busca hacer aquello que no se hizo con anterioridad. A pesar de lo motivador que parece escuchar estas palabras, realizar algo que no hiciste ayer puede producir cierta preocupación o estrés del que Dios quiere librarnos.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Efesios 5:15-16
En la Biblia jamás se habla de “recuperar el tiempo perdido”, sino de “aprovechar” bien el tiempo. La palabra “diligencia” significa “hacer algo que nos fue ordenado teniendo cuidado y eficacia en la tarea”. Es decir, Dios quiere que seamos sabios con nuestro tiempo, que lo aprovechemos, y hagamos con mucho esmero y cuidado lo que Él nos manda hacer cada día.
Entonces Moisés les dijo: “No guarden nada para el día siguiente”. Sin embargo, algunos no hicieron caso y guardaron un poco hasta la mañana siguiente; pero para entonces se había llenado de gusanos y apestaba, y Moisés se enojó mucho con ellos. Después de este incidente, cada familia recogía el alimento cada mañana, conforme a su necesidad. Cuando el sol calentaba, los copos que no se habían recogido se derretían y desaparecían. Éxodo 16:19-21
El pueblo de Israel padecía hambre en el desierto. Entonces Dios decidió enviarles un pan muy especial que caía del cielo al cual llamaron “Maná”. Para recibir esta bendición debían obedecer y levantarse pronto cada mañana, para tomar sólo lo que comerían ese día. Es decir, no podían guardar para el día siguiente, porque de lo contrario lo que era una bendición (el maná) se convertiría en algo que hiede y cría gusanos.
Del mismo modo, Dios nos da diferentes órdenes para cada día, y en obedecerlas se encuentra nuestra bendición. Sin embargo, podemos perderla a causa de nuestra desobediencia o simplemente por desperdiciar el tiempo. Lo que debemos entender es que el tiempo perdido no se recupera jamás. Hay una bendición de Dios para cada día si somos capaces de obedecerle en amor.
Decide hoy aprovechar bien tu tiempo, levántate temprano, ponte de rodillas para hablar con Él, comienza a leer la Biblia y entérate de lo que Él quiere decirte hoy, para que seas bendecido. ¡No pienses en el tiempo perdido!, ya no se puede recuperar, enfócate en no desperdiciar más ni un solo minuto de la vida que Dios te ha regalado.
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