Entonces el rey mandó traer a Daniel, para que lo echaran a la cueva de los leones. Pero antes de que lo echaran, el rey le dijo: “Daniel, deseo que te salve el Dios a quien tú siempre has adorado”
Daniel 6, 16
Cuando era pequeña y escuchaba hablar a personas mayores y no tan mayores, de temas de amor, siempre escuchaba una palabra, CONFIANZA. Según las parejas uno de las cosas más importantes en una relación es la CONFIANZA, sin lugar a dudas. Pero en aquel tiempo yo no entendía mucho, ya que sólo tenía que confiar en mi mamá, mi papá y mi perrito.
El tiempo, lamentablemente, pasó, y crecí, no de estatura porque no soy alta, pero sí crecí emocionalmente. La CONFIANZA seguía siendo esa palabrita que frecuentemente escuchaba y ahora no sólo la escuchaba, sino que también la leía en paneles, boletines y en películas.
Dicen que cuando la confianza es ferozmente lastimada, nada vuelve a ser como antes. Oí y escuché infinidad de cosas con respecto a esa "confianza". Cuando iba creciendo y algún muchacho me pretendía, también decía que lucharía por ganarse mi confianza. Es decir, de confianza he escuchado un montón, pero me pregunto si realmente la he vivido, experimentado y, es más, si yo realmente he brindado mi confianza a alguna persona.
Hace tres semanas aproximadamente, empecé a leer el libro de Daniel; dentro de mí existía el vehemente deseo de sumergirme en ese libro, y entonces, como no me gusta hacerme de rogar con mis anhelos, comencé a leerlo y mi sorpresa fue grata cuando otra vez me encontré con la ya famosa "CONFIANZA".Daniel fue apresado y llevado a Babilonia, muchos saben de eso, pero lo que me sorprendió sobremanera y mi razón casi no podía entender, es que prácticamente fue amenazado si no ofrendaba y/o pedía a otros dioses. A Daniel no le importó y siguió siendo fiel a Dios, y tanta fue su confianza en nuestro Padre, que hasta planeaba un plan para salir airoso y salvar su vida, y sobre todo guardar su amistad con Dios.
Pero el momento en el que quedé en estado de shock, fue cuando a Daniel le advierten que no debe orar durante un tiempo porque el rey ha decretado eso, pero Daniel, como era su deleite, fue a su habitación y con la ventana bien abierta comenzó a charlar con Dios.
Debido a lo que hizo Daniel, el rey, totalmente apenado, tuvo que ejercer su autoridad y ordenó que le lanzaran a los leones. Querido hermano(a), amigo(a), sólo siento asombro.
Daniel confiaba en Dios, practicaba esa CONFIANZA que durante años he venido escuchando, que durante años me habían prometido, de la que me hablaron,... Daniel confiaba, ¿adivinen por qué?, porque amaba, Daniel amaba a Dios, y gracias a ese amor puro y hermoso era capaz de todo.
Ahora bien, ¿para amar qué necesito? CONOCER, sí, CONOCER; para amar necesitamos CONOCER a esa persona, en este caso a nuestro Padre Celestial, para llenarnos de su esencia, bondad, misericordia, y cuando eso sucede NO HAY QUIEN NOS PARE, porque estamos en un estado tan bello que hasta las lágrimas nos salen de tanta felicidad. A nosotros, humanos al fin y al cabo, nos cuesta comprender ese AMOR DESINTERESADO, QUE NO ESPERA NADA, QUE PERDONA DE CORAZÓN Y QUE AUNQUE LE DES UNA BOFETADA EN LA LEALTAD, CONTINÚA ESPERANDO A QUE REACCIONES. Dios es así, su amor es así.
Entonces, CONFIAR sí es posible, desde luego que sí; para que tú puedas CONFIAR primero debes AMAR, y para AMAR antes debes CONOCER, y al conocer podrás discernir qué te conviene y qué no, y es entonces cuando la CONFIANZA NACE Y SE ESTABLECE DE MANERA QUE SERÁS TAN FUERTE COMO DANIEL, QUE NUNCA TRAICIONARÁS ESA HERMOSA LIBERTAD QUE TE HAN DADO Y QUE TÚ TAMBIÉN HAS DECIDIDO DAR.
Yo tengo un consejo para esto:
PARA CONFIAR, PRIMERO HAY QUE AMAR, Y PARA AMAR HAY QUE CONOCER.
ENTONCES, Y ANTES DE NADA, CONOCE A DIOS, AMA A DIOS, SUSPIRA POR DIOS, PORQUE CUANDO LLEGUE EL MOMENTO DE AMAR A OTRO MARAVILLOSO SER, TUS ESTÁNDARES SERÁN ALTOS. NO ES QUE ESA PERSONA VAYA A SER PERFECTA COMO NUESTRO PADRE, PERO EL AMOR DE ESA PERSONITA SE ASEMEJARÁ AL AMOR DE DIOS, ES DECIR, SUS FRUTOS SERÁN LOS DE DIOS Y POR ENDE SERÁ BUENO, PORQUE LO QUE VIENE DE DIOS ES BUENO.
SONRÍE CON CONFIANZA
Fdo.: A.E.C.
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