domingo, 17 de noviembre de 2013

Todo está en la fuente - Devocional

“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.”
Romanos 15:4
¿Está usted buscando una bendición? ¿Está buscando una salida o un milagro, o tal vez una victoria?
Recuerde uno de los nombres de Dios revelados en el antiguo pacto: “Jehová Yire”, Dios es tu proveedor. Recuerde que con ese nombre se le reveló a Abraham cuando iba a sacrificar a Isaac. Y vea que otro de los nombres que son revelados a su pueblo es “Jehová Rafa”, que significa “El Señor es mi sanador”. Él les habló y les prometió que si caminaban en la Palabra e iban en esa dirección, sería su sanador. Les estaba diciendo que no caminarían en las pestes, ni tendrían las enfermedades que tuvieron los egipcios, porque Él era su sanador al igual que lo es hoy para usted. Aprópiese esta enseñanza.
Observe también, que con Abraham se reveló de nuevo como “El Shaddai”, el Dios más que suficiente, el Dios que cubre toda clase de necesidad. Esto quiere decir que con Él nos basta y nos sobra. Dígalo este día: “Con Dios me basta y me sobra. Él es todo lo que necesito y tiene todo lo que necesito.”
Le vuelvo a preguntar ¿está buscando una salida, una victoria o un milagro? No se separe del Dios de los milagros, del Dios de la bendición, del Dios de la provisión. Porque si usted confía en Él, sabe que tendrá salud, victoria, bendición. Pero si usted sólo busca la sanidad, su bendición, y no le busca a Él, cuando cubra esa necesidad ya se quedará tranquilo y se desconectará de la fuente. Y así vivirá yendo y viniendo toda su vida. En cambio, las personas que saben que cuando uno tiene comunión, intimidad con Dios, Él se empieza a revelar en su vida, reconocen que todos esos nombres de Dios revelados en el antiguo pacto, se revelan en Cristo. Porque en Él tenemos un sanador, un proveedor, la bendición. Todo viene a través de Cristo, porque a través de su sangre fuimos redimidos de la maldición y hoy tenemos derecho a caminar en la bendición.
Sepa entonces hoy, que el mismo Dios de Abraham es su proveedor, es su sanador, es el Más que suficiente. En Él nada le hará falta. Permanezca conectado a la fuente y siempre estará bendecido.
Padre, gracias porque hoy entendí que mirando el antiguo pacto encuentro enseñanzas para mi vida y las recibo a través del nuevo pacto. Gracias por ser mi proveedor, mi sanador, mi fuente. Te amo, en el nombre de Jesús, amén.
Fdo.: J. O. C.

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