Siguiendo el plan de lectura de la Biblia,
ya antes estructurado, hoy nos tocaba leer, entre otros capítulos, éste de
Tito, de la 3º carta de Pablo a Tito, y me pareció sumamente interesante
publicarlo, para que sea de bendición a todos nosotros. En él se encuentra la esencia del cristianismo. Con este fin va para
ti, va para ustedes:
La conducta de los creyentes
3 Recuerda a los creyentes que deben
someterse a las autoridades que gobiernan: que las obedezcan y estén prontos a
colaborar en todo lo bueno que emprendan; 2 que no ofendan a nadie ni se peleen con
nadie; que se muestren afables y llenos de dulzura con todo el mundo.
3 Porque
también nosotros en otro tiempo fuimos irreflexivos y obstinados; anduvimos
descarriados, esclavos de toda suerte de pasiones y placeres, y vivimos en la
maldad y la envidia, odiados de todos y odiándonos unos a otros. 4 Pero ahora se han hecho patentes la
bondad y el amor que Dios, nuestro Salvador, y tiene a los seres humanos. 5 Él nos ha salvado no en virtud de
nuestras buenas obras, sino por su misericordia; y lo ha hecho por medio del
lavamiento* que nos hace nacer de nuevo y por medio de la renovación del
Espíritu Santo, 6 que Dios ha derramado sobre nosotros
con abundancia a través de nuestro Salvador Jesucristo. 7 Restablecidos así por la gracia de Dios
en su amistad, hemos sido constituidos herederos con la esperanza de recibir la
vida eterna.
Consejos a Tito
8 Es esta una
palabra digna de crédito y quiero que también tú insistas con tesón en ella
para que, cuantos creen en Dios, se apliquen con entusiasmo a la práctica del
bien. Esto es bueno y útil para todos. 9 Evita, en cambio, las controversias
estúpidas sobre genealogías, así como las acaloradas polémicas en torno a la
ley; son insustanciales y no conducen a nada. 10 Apártate de quien fomenta divisiones
después de haberlo amonestado una e incluso dos veces, 11 pues ya ves que se trata de una persona
descarriada y pecadora a la que su propia conciencia condena.
Conclusión (3,12-15)
Últimas recomendaciones
y saludos
12 Pienso
enviarte a Artemas y a Tíquico. En cuanto lleguen, ven en seguida a encontrarte
conmigo en Nicópolis, pues he decidido pasar allí el invierno. 13 Preocúpate de que a Zenón, el abogado,
y a Apolo nada les falte para su viaje. 14 Que nuestros hermanos aprendan a ser
los primeros en la práctica del bien, ayudando en las necesidades más
apremiantes, para que no sea su vida como un árbol sin frutos.
15 Te saludan
todos los que están conmigo. Saluda a nuestros amigos en la fe. Que la gracia
esté con todos vosotros.
Versión bíblica La Palabra
(España)
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