Hace una semana presencié un hecho llamativo. No se trató de alguna hazaña espacial, como “traer de regreso a la Tierra al transbordador Discovery", ni tampoco fue un acto político de proselitismo en los suburbios de mi ciudad. Ya no nos sorprende nada…
Sucedió que, mientras viajaba en uno de los trenes del suburbano, un verdadero desfile de vendedores ambulantes hacía gala de un amplio surtido de productos. Portafolios de plástico, linternas de un solo uso, pilas alcalinas, chocolates y naipes españoles se ofrecían “sólo por hoy” y a “precios increíbles”,... pero en medio de todo aquello, vi a un niño menudo y de apariencia triste; un auténtico “chico de la calle” (título que, por supuesto, jamás buscó obtener).
Ofrecía calendarios de bolsillo con una ilustración infantil al dorso. Mientras hacia su recorrido por el vagón, un hombre entró en él y a viva voz comenzó a vender una “peonza (trompo) luminosa”. El pequeño detuvo su tarea y se quedó quieto, observando con ojos de asombro aquel juguete.
Cuando el vendedor concluyó su demostración, una señora de condición humilde le llamó, le pagó por el producto y se lo entregó al niño como un obsequio. La sonrisa del “chaval” iluminó la tarde de muchos, y el gesto de aquella mujer logró “arrancar” más de una lágrima de emoción entre los que estábamos allí.
¡Es tan fácil perderse en teorías! ¡Es tan común discutir sobre lo que “debería hacerse” para mejorar nuestra sociedad y nada,... no hacer nada al respecto!En fin, la cobardía suele refugiarse detrás de grandes discursos y tratados sociales, mientras que la valentía convive con aquellos que se animan a “ensuciarse” con la vida, remangándose para realizar pequeñas acciones que terminan hablando más que sus palabras.
Las teorías no sirven para nada si no se llevan a la práctica. Es increíble, pero día a día se pierde un inimaginable número posibilidades de brillar y generar cambios. ¡Detengamos esta situación!
Sería triste perderse en las palabras y derrochar el tiempo en juegos dialécticos estériles. ¡Ahora es el momento de pasar a la acción! ¡Es tiempo de llevar a la práctica los “pequeños” grandes planes!, como hizo aquella mujer en el tren al demostrar un poco de amor hacia ese niño pequeño. Como podemos hacerlo usted y yo a partir de hoy.
Esta navidad podrías pasar de la teoría a la práctica y hacer sonreír a alguien.
Dios siempre estará a tu lado y nada te hará caer. No te niegues a hacer un favor siempre que puedas hacerlo. Nunca digas: "Te ayudaré mañana" cuando puedas ayudar hoy.
Proverbios 3:27-28
No niegues el bien a quien se le debe, cuando esté en tu mano el hacerlo. No digas a tu prójimo: Ve y vuelve, y mañana te lo daré, cuando lo tienes contigo.
No niegues el bien a quien se le debe, cuando esté en tu mano el hacerlo. No digas a tu prójimo: Ve y vuelve, y mañana te lo daré, cuando lo tienes contigo.
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