miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Qué frutos estoy dando? - Devocional

¿Qué predicaba Juan? Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados,  (versículo 3).
Devocional - QUÉ FRUTOS ESTOY DANDO?Predicaba y bautizaba (por eso le decían “el bautista”). Pero este bautismo de Juan no era para pasar por el agua y listo. ¡No! El bautismo de Juan era también de arrepentimiento para el perdón de los pecados. Al bautizarse las personas mostraban públicamente que se habían arrepentido y que habían decidido ser diferentes.
Arrepentimiento es la primera decisión que necesitamos tomar. Arrepentirse es cambiar. No es prometer, no es llorar, no es decir “no lo hago más”. Arrepentirse es decidirse a cambiar.
Juan el bautista tenía una misión importantísimaSu misión era preparar el camino para el Señor Jesús (vs.16).
Antes vimos que el bautismo de Juan era de arrepentimiento para el perdón de los pecados. Pero había un requisito muy importante para demostrar arrepentimiento, ¿cuál era? (vs.8-9).
¡Sí! Tenían que producir “frutos”. Pero, ¿qué significa “producir frutos”? Significa demostrar claramente que se habían arrepentido. (vs.10-11, 12-13 y 14.)
¿Lo entiende? No basta con decir y reconocer “yo robé” o “yo embaracé a mi novia”. Se necesitan “frutos de arrepentimiento”.  Decisiones, cambios. Lo primero era bautizarse delante de todos como demostración de arrepentimiento. Y lo segundo era tener conductas diferentes a lo que se venía haciendo mal o a lo que no se estaba haciendo.
Si te arrepientes y confiesas tus pecados, Jesús te perdona en el momento, pero eso sucede interiormente. Y sólo Dios y tú lo saben, pero probablemente las demás personas no estén enteradas de tu decisión. Por este motivo necesitas producir frutos por medio de tu conducta, de tu manera de hablar o de reaccionar, para que los demás también se enteren de la decisión que tomaste de seguir a Jesús y del cambio que sucedió en tu corazón.
Lo que te sucedió con Jesús en tu interior, muéstraselo a otros. Por ejemplo:
  • Háblale de Jesús a tus amigos y a tu familia.
  • Cambia tu manera de hablar y de reaccionar.
  • Perdona y aprende a tener paciencia.
  • Si estabas todo el día “tumbado” escuchando música y fumando, anda a estudiar, busca trabajo. ¡Cambia!
  • Basta de tratar mal a todo el mundo. Aprende a llevarte bien con la gente.
  • Empieza a tener un tiempo personal y diario con Jesús. Ora y lee la palabra de Dios para llenar tu mente con sus verdades.
  • Mejora en tus estudios, mejora tus notas y trabajos.
  • Renuncia a la pornografía y a querer tener sexo con tu novia/o.
Estos, y muchos otros más, serán “los frutos” que mostrarán que tu arrepentimiento fue genuino y que Jesús vive en tu corazón.
¿Qué se recoge en graneros y qué se quema en el fuego? (vs.17).
Jesús nos moldea, nos limpia y saca todo lo malo y lo inútil de nuestras vidas, lo quema y nunca más se apagará su fuego en tu corazón si le sigues y amas. ¿Qué frutos estás mostrando?

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