lunes, 25 de noviembre de 2013

¡Lo difícil es posible, no fácil! - Devocional

Desde 1977 he estado expuesto a ideas y pensamientos acerca de la Fe. A la temprana edad de siete años comencé a escuchar lo que la gente sabía y hablaba de ella. Sus definiciones, temas expuestos, discursos y opiniones son ilimitadas. Su aplicación es muy diversa, según la situación que haya producido la acción de confiar y depender de ella.  
Definitivamente es un reto, un desafío, ejercer la invitación de Hebreos 11:6“Porque a Dios no le gusta que no confiemos en él. Para ser amigos de Dios, hay que creer que él existe y que sabe premiar a los que buscan su amistad”.  Este versículo no es suficiente para explicar la sencillez de ejercer la Fe, porque a su vez es intrigante aplicarla. Aquellos que han decidido abrazarla según la Palabra de Dios, saben qué decir.  
Hoy puedo manifestar que vale la pena pagar el precio de confiar y ser seducido por ella. La Fe ha llevado mi vida a otro nivel y lo seguirá haciendo. El proceso ha sido siempre transformador, cada día. En un principio intentaba desarrollarla basado en los testimonios y argumentos de las personas que me rodeaban en mi comunidad, escuela, trabajo, iglesia, o en eventos eclesiásticos. Pero según el tiempo avanzaba y seguía creciendo física e intelectualmente, descubrí que la Fe no dependía sólo de mi conocimiento, de mi destreza o de mi capacidad para producir resultados para mí o para los míos...
...Me explico: Muchas veces perdí grandes oportunidades de ver lo que la Fe produce, por intentar entender la manera en cómo funcionaba. Y por fin llegué a la conclusión de que Fe es la humilde reacción y respuesta de todo mi ser, incluida mente, corazón y alma, a la invitación divina de CREER; teniendo la convicción plena de que lo que Él ha dicho será realidad, es una entrega absoluta al Señor. Entonces pude hallar el camino para disfrutar del favor ilimitado sobre todo lo que hago y haré. Solamente se trata de atender por entero a la voluntad hablada y revelada del Padre Celestial. 
Cuando ejerzo la Fe, estoy diciéndole al mundo que he decidido agradar a Dios. Y que quiero recibir de Él lo mejor. Su ayuda y su consejo es superior al que yo pueda tener. Es someterme a su perfecto plan y caminar bajo su dirección, tener la convicción que Él me permitirá llegar al mejor destino que ha creado para mí. Me fascina reflexionar en aquella palabra poderosa, que el Señor Jesucristo dijo al padre del hijo poseído por un espíritu maligno: ¿Cómo que si puedo? ”Para el que cree todo es posible” – Marcos 9:23 (NTV). O sea, puertas abiertas y cielos llenos de gracia y bendición, para toda persona que ha decidido aceptar como verdad lo que Dios ha establecido desde la formación de la humanidad.
Yo acepté el reto de ver la Fe obrando en mi vida y en los proyectos que me han sido confiados, para exaltar el nombre de nuestro Rey. Caminando sobre el fundamento de la Fe he recibido salvación eterna, el perdón de mis pecados, una nueva identidad, autoridad espiritual poder para hablar, el privilegio de tener familia, ser embajador del evangelio,... y la insuperable sensación de ayudar y ver en otros los poderosos efectos del ejercicio de la misma.  
Con la Fe, lo difícil será posible, no fácil.
Fdo.: R. A. P. C.
         M.G.L.
       

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