martes, 26 de noviembre de 2013

El viaje - Meditación, esperanza

“Sólo he de pasar por este mundo una vez.
Todo el bien que pueda hacer, cualquier gesto de bondad
que pueda mostrar a un ser humano, ayúdame a hacerlo ahora
y a no aplazarlo, pues nunca volveré a pasar por aquí.”
LA RAZÓN DE SER DE LA VIDA NO ES SÓLO LLEGAR AL DESTINO;
ES EL VIAJE.
No pienses, pues, que tienes que apurarte por llegar al destino.
Lo que importa es el viaje, a qué dedicas el tiempo, la influencia que tengas en otros, 
y lo que aprendas y experimentes por el camino.
 
EL VIAJE ES TAMBIÉN LO QUE TE PERMITE ENCONTRAR A DIOS
Y APRENDER DE ÉL.
En eso consiste la vida, y si no te tomas el tiempo para conocerle, pasarás por alto el sentido de todo el viaje.
Las cosas no ocurren al azar o por casualidad. Todo sucede de acuerdo con un plan maravilloso y más profundo de lo que crees.
Su fuerza se manifiesta a través de la vida, afecta a tu destino personal,
y el del mundo en el que vives.
No te tragues esas mentiras de que todo ocurre por casualidad,
que no hay propósito ni razón de ser y que no estás llegando a ninguna parte.
El plan de Dios marcha según lo previsto y todo ocurre en el momento
y lugar precisos en los que Él sabe que debe ocurrir.
Todo tiene su razón de ser. 
Y TÚ PUEDES SER UNA INFLUENCIA POSITIVA.
NO TE PREOCUPES, PUES EN ESTE VIAJE
ESTÁS BAJO EL CUIDADO DE DIOS Y ÉL TE AMA.
No hay belleza tan llamativa como la de Dios, poder tan grande como el de Él, sentimientos tan estimulantes como los Suyos, palabras tan ciertas como las Suyas, estabilidad tan resistente como la de Él, protección tan confiable como la Suya, obsequios tan valiosos como los Suyos y amor tan perdurable como el Suyo.

RECUERDA QUE
El amor que Él te tiene no puede medirse, contenerse, explicarse, 
comprenderse, compararse ni verse.
Acéptalo simplemente como lo que es:
EL AMOR MÁS PURO Y AUTÉNTICO QUE HABRÁS DE CONOCER.

Así que no vivas a la carrera ni descuides el tiempo que te corresponde pasar con el Señor y disfrutando de tu familia y amigos, o no llegarás a entender, y todo lo que logres y experimentes será en vano.
Saca el máximo provecho a tu viaje pasando tiempo con Dios, amándole, buscándole, descubriéndole y ayudando a otros.

Antes de que te des cuenta habrás llegado a la última estación.

Y ÉL ESTARÁ ALLÍ... ESPERÁNDOTE.

Fdo.: M.G.L.

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