“HE SENTIDO UN VIVO CELO POR JEHOVÁ… SÓLO YO HE QUEDADO Y ME BUSCAN PARA QUITARME LA VIDA” (1 Reyes 19:10)
Park Tucker contó que un día iba caminando con un sentimiento de tristeza, cuando vio este anuncio en el escaparate de una funeraria:
“¿Por qué dar vueltas por las calles sintiéndote medio muerto? Te podemos enterrar por 69,50 dólares y, encima, ¡te daremos puntos de regalo!” ¡Ese tipo de humor era precisamente “la medicina” que necesitaba aquel día!
Servir a Dios puede ser muy fatigoso; a veces das lo mejor de ti mismo y acabas agotado. Le ocurrió a Elías. Después de que el Señor le hubiera usado, su entusiasmo quedó inmediatamente apagado por las amenazas de muerte de Jezabel. Huyendo para salvar “el pellejo”, exhausto y deprimido, se quejó: “He sentido un vivo celo por el Señor… [a pesar de esto,] sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida” (1 Reyes 19:10).
En el momento que Elías dejó de mirar a Dios para fijarse en el enemigo, se sintió abrumado. Así que, Él tuvo que hablarle de nuevo. Esta vez no fue con un despliegue espectacular de poder; en lugar de eso, vino en “un silbo apacible y delicado” (versículo 12b), y apartó a Elías para descansar y pasar tiempo con Él. La siguiente vez que el pueblo de Israel vio a Elías, estaba espiritualmente “en la cumbre”, de nuevo restaurado y reenfocado.
¿Has cambiado la postura del enfoque que tenías con Dios debido a lo que tienes que hacer? Si es así, necesitas retirarte y estar un tiempo a solas con Él. Cuando el Señor te llama aparte para descansar, obedece.
Y otra reflexión más: El mismo Dios envió a Eliseo para que ayudara a Elías. Él puede enviar a la persona adecuada para ayudarte a ti también. Él Señor sabe exactamente lo que tiene que hacer hoy para que de nuevo te pongas “en marcha”.
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