miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Quieres que el adversario huya de tu vida? - Devocional - Vídeo

Cuando nosotros entendamos y nos sometamos a Dios, 
entonces no nos preocuparemos más del diablo.

Santiago 4: 7
 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. 
Cada día que vivimos, se convierte realmente en una lucha más en contra del pecado, lucha de la que no podemos sobrevivir si no es por medio del Espíritu Santo de Dios en nuestras vidas.
Desde hace mucho tiempo hemos escuchado el pasaje de Santiago 4:7 y muchos de nosotros sabemos de memoria dicho versículo: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Pero este versículo, más allá de ser una frase popular entre los cristianos, tendría que ser vida real en nuestro caminar diario.
Es cierto que si resistimos al diablo huirá de nosotros, pero hay algo que se tiene que hacer antes y de lo cual depende que podamos resistir al diablo para que huya de nosotros, que es: “Someterse”.
El Sometimiento es quizá, una las cosas que más nos cuesta cumplir; a los seres humanos, por naturaleza, no nos gusta someternos a nadie, pero en la vida cristiana y en el ámbito espiritual la llave que abre muchas bendiciones de Dios es el sometimiento.
Cuando la Biblia habla acerca de someternos a Dios, está hablando de tener una verdadera relación personal con Él, es vivir cada día enamorados de Él, es poner en práctica su Palabra y hacernos siervos fieles a Dios, siervos que anhelan y luchan cada día por vivir en santidad.
Entonces, traduciendo este versículo a frases populares para que las podamos entender, sería de la siguiente manera: “Si tenéis una verdadera relación personal con Dios, poniendo en obra sus estatutos, y viviendo cada momento en fidelidad y santidad, entonces podréis resistir al diablo y este huirá de vosotros”.
La única forma de hacer huir al diablo es a través de una vida de santidad y fidelidad a Dios, porque no hay cosa más terrible para el enemigo que un cristiano verdadero; él jamás podrá hacer nada en contra de aquél que busca, anhela y cumple la voluntad de Dios.
Ahora bien: ¿Verdaderamente nos estaremos sometiendo a Dios? ¿Será que el enemigo huye de nuestra presencia?, o ¿será que cada día tenemos que batallar con el mismo pecado a causa de no someternos a Dios llevando una vida “media” cristiana?
Amigo mío, es importante someternos a Dios. Cierto es que nuestra personalidad carnal jamás querrá hacer tal cosa, pero ahora ya no vivimos nosotros, Cristo vive en ti y en mí, y por esta razón tenemos que renunciar a todo acomodo carnal que esté evitando que podamos someternos completamente a Dios; es momento de examinar qué cosas están evitando nuestro sometimiento y de cortarlas de una vez por todas.
Todos anhelamos mantener una vida de bendición, y que el enemigo, el diablo, no quiera ni acercase a nosotros, pero para que esto ocurra se necesita dar el primer paso de este pasaje bíblico, y esto es: "Someterse a Dios".
Cuando entendamos y nos sometamos a Dios, no nos preocuparemos más del diablo, pues éste no soportará la santidad en nuestra vida, ni la fidelidad que demostramos a diario a Dios, y huirá de nuestra presencia, porque será un campo prohibido para el enemigo.
Hermano, todos podemos hacer huir al diablo, pero... ¿Estás dispuesto a someterte?

No hay comentarios:

Publicar un comentario