Uno de los alumnos, no entendiendo la enseñanza que había en sus palabras, le preguntó qué era lo que representaba esa vasija, a lo que el maestro respondió:
-“A ti mismo. Tú concentras toda tu atención en el insignificante conocimiento que adquieres de los libros y de los maestros. Sería mejor que le prestaras más atención a la vasija en la que lo guardas”.
Es decir, hay muchas personas que se han pasado la vida trabajando, estudiando, afanados en juntar riquezas, presas del estrés, del agotamiento físico y emocional..., creyendo que su verdadero valor estaba en las posesiones y olvidando que su vida es ya de por sí de un valor inestimable.
Pues no importa cuánto estudiemos o trabajemos, ni lo mucho o poco que acumulemos, que lo importante es cuidar y cultivar nuestro ser interior.
Dios puso en ti cosas únicas e invaluables, no permitas que los afanes de la vida o el mal momento que estás pasando te hagan olvidar quién eres.
“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás”. Efesios 2:10 (NTV)
Nunca olvides cuán valiosa es tu vida, eres la obra maestra de Dios y fuiste creado para grandes cosas. Tu valor va mucho más allá de tus posesiones o de tu apariencia.
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