“El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe.”
Habacuc 2:4
Nueva Versión Internacional (NVI)
Seguro que alguien se ha preguntado alguna vez acerca del significado de este versículo: “El justo por su fe vivirá” y, al igual que yo me pregunto, otros se deben preguntar, ¿qué es vivir por la fe?, ¿o vivir por la fe se limita simplemente a tenerla y aprender a esperar lo que no podemos ver todavía?, ¿o andar haciendo muchas veces declaraciones absurdas, esperando que las cosas nos caigan del cielo, sin conocer el trasfondo y valor de la fe?
Tácitamente, desde la creación, pasando por el Patriarca Abraham, conocido como el Padre de la fe, por los profetas, el Nuevo Testamento y Jesucristo, hasta Apocalipsis, en La Biblia no se habla de otra cosa que no sea FE.
Y el Apóstol Pablo en Gálatas, prácticamente dedica todo este libro a la diferencia entre vivir en la ley y/o vivir en la Gracia de Dios por medio de la fe; ahora bien, si vivir viene de vida y vida es respirar, estar vivo, entonces vivir en la fe o por la fe, significa que no es algo que hagamos un día sí y un día no, un rato sí y al otro rato no, algunas veces, los Domingos, cuando nos acordamos de Dios o cuando vamos a tomar los alimentos, no; vivir en la fe es algo que debe hacerse siempre, todos los días, 24 horas al día, los 365 días al año. Así como no podríamos dejar de respirar para vivir porque nos moriríamos por falta de oxígeno, tampoco podemos dejar de tener fe, ni un mes, ni un día, ni una hora, ni siquiera unos pocos segundos.
La fe, creer, es el oxígeno de la vida espiritual, lo que nos mantiene vivos y conectados con Jesús, con el Padre y con el Espíritu Santo en perfecta paz y armonía, y debe ser tan natural como respirar, como caminar, como hacer planes, como despertarse cada mañana, como dormirse cada noche.
Toda La Biblia tiene un mensaje implícito, tácito o sobreentendido, basado en la fe; fe como creer, creer en Jesús como dice La Escritura, no como yo quiera creer, creer en lo que dice La Palabra, en la naturaleza de Dios, en las promesas, en las bendiciones y maldiciones, en los acontecimientos pasados, presentes y futuros; y si aprendemos a confiar en ese libro y en lo que dice Dios a través de Él, vamos a poder descansar en Jesús, porque ciertamente, como Él lo dijo con otras palabras, todo lo tiene bajo control, lo bueno, lo malo y lo regular, lo que pasa a nivel personal, municipal, de gobiernos o naciones,... todo sucede porque es Su voluntad.Aprender a vivir por la fe es como aprender a navegar en la red (internet), es aprender a navegar en otra dimensión, mantenernos conectados e informados; es totalmente espiritual, es saber y tener la certeza de que Cristo vive en mí y yo en Él, que yo estoy muerto para el pecado y que el pecado no tiene poder sobre mí; es saber que así como uno no tiene que preocuparse por respirar, tampoco tengo que preocuparme de otra cosa que no sea permanecer en Jesús,... y Él hará que demos fruto, que prosperemos, que nos sanemos, que oremos, que leamos La Biblia y la pongamos por obra y además, que crezcamos cada día en la fe, la esperanza y el amor. Si por alguna razón no puedes estudiar o leer La Palabra, entonces simplemente escúchala, porque la fe viene por oír y escuchar las cosas de Dios.
Vivir por fe es estar confiado y saber esperar en Dios; es saber que eres un hijo, una hija de Dios y comportarte como tal; es ser íntegro y congruente con todas tus acciones, pensamientos y sentimientos; es saber que tienes un Dios con el que puedes contar y al mismo tiempo, ser apoyo y soporte para que otros puedan confiar y contar contigo; es amar a Dios con toda tu mente y tu corazón, y también sentirte amado por Él; vivir por fe es amarle, adorarle y servirle, amando y sirviendo a tu prójimo; vivir por fe, es caminar con Él, y Él contigo, como esposo y esposa, como amigos inseparables, como una gota de agua que es parte del gran océano; es ser justo y saber siempre qué es lo correcto, lo bueno y lo malo; es como tener un amigo que te ofrece su hombro para los momentos de angustia; vivir por fe es estar gozoso y confiado en el Dios de nuestra salvación, en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Y finalmente, así como toda organización, trabajo o proyecto tiene un propósito, unos objetivos que alcanzar, así también, el objetivo y la meta de todo cristiano es vivir por fe.
Sin embargo, como está escrito:Ningún ojo ha visto,
ningún oído ha escuchado,
ninguna mente humana ha concebido
lo que Dios ha preparado para quienes le aman.1 Corintios 2:9Nueva Versión Internacional (NVI)
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