“El Señor dice: Les devolveré lo que perdieron a causa del pulgón, el saltamontes, la langosta y la oruga.”
Joel 2:25 (Nueva Traducción Viviente)
Al inicio de mi andar en el cristianismo me caractericé por tener una fe demoledora. Lanzaba mis oraciones y estas penetraban en el objetivo como cuchillo en la mantequilla. Mis ayunos eran prolongados y abundaba el gozo de DIOS en mi alma. Todo lo que emprendía era fructífero, se notaba la mano de Dios. Me era fácil comprender los planes del SEÑOR y estar alineado a ellos. Pero con el paso de los años las pruebas a las que fui sometido aumentaron de nivel. Algunas de las cosechas que esperaba no llegaron y muchos de mis sueños no se cumplieron. Permití que el peso de la obra de DIOS despedazara mi armadura, sentí que el peso de su Obra era demasiado para mí; los planes de DIOS para mi vida eran cada vez más difíciles de entender y aquella fe que me caracterizaba fue disminuyendo, hasta quedar como una pequeña vela humeante después de haber sido una antorcha. Anduve algún tiempo decaído y preguntándome dónde había estado mi error. Fue entonces, cuando el SEÑOR me reveló que mi fe no era suficiente para alcanzar el destino que me tenía preparado, y que tenía que ser despojado de ella para recibir la fe que proviene de Cristo, el Autor y Consumador de la fe.
Los pensamientos y caminos del SEÑOR siempre serán más altos que los del creyente. Sus caminos son completos, no admiten atajos. Y al andar en ellos, Él ofrece complementar la fe de los suyos para que se mantengan firmes y reciban su bendición completa. Pero cuando el creyente se aferra a su fe carnal y a sus propias convicciones, el peso del sueño de DIOS seguramente le sobrepasará.
Si en tu andar como creyente has perdido algo que te caracterizaba, como la fe, la alegría, el buen ánimo, gratitud, salud, pasión, etc. recupéralo hoy poniendo tu fe en Jesús.
Si hoy lo has creído, haz esta oración:
“DIOS, por favor limpia mi corazón, de una vez por todas, de aquello que me dolió. Te lo entrego. Pongo mi fe en Cristo y por Sus méritos te pido que me restaures y me devuelvas lo que he perdido. Complementa mi fe para conquistar fácilmente lo que por Cristo me pertenece. Oro esto en el nombre de Jesús, Amén.”
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