viernes, 6 de septiembre de 2013

La Salud Del Líder - Liderazgo - Vídeo

Lleno de una aparente vitalidad. Muchos planes, en abundancia. Proyectos interminables, noches de insomnio ante la gran cantidad de compromisos, y días ausentes de su hogar por la presión ministerial.
A veces hundía su rostro entre sus manos, crispadas por las múltiples demandas cotidianas. Le visité en su iglesia para unas conferencias y le vi caminar como un autómata.
La SaludMe pregunté qué le sucedía, pero no me atrevía a traspasar su privacidad. Fue su esposa quien se me acercó y me dijo: “Por favor, pastor, ore e intente hablar con mi esposo. No puede dormir de noche y tiene que tomar pastillas para poder dormir... ¡a medias!, pero no le hacen un efecto completo por la noche, durante el día anda como un sonámbulo e incluso ya está perdiendo las facultades físicas cotidianas”.
Este clamor fue como un eco, que habitualmente se reproduce en miles de esposas de pastores. Seguramente ellas querrían decir lo mismo.
El Apóstol Pablo, curiosamente hablando de renovación, en el capítulo 12 de Romanos versos 1 y 2 dice: “Les ruego, les suplico, les imploro por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio santo, agradable a Dios”. Un día, al leer este verso me pregunté por qué Pablo habla de presentar el cuerpo. No menciona el espíritu o el alma, sino el cuerpo como un sacrificio a Dios.
Después de pensarlo y repensarlo, entendí que el Apóstol posiblemente estaba tratando de desmontar el pensamiento griego, que había entrado en la Iglesia y que, lamentablemente, también ha invadido a la Iglesia de hoy y al liderazgo actual. El Pensamiento griego enseñaba, y enseña, que el cuerpo no era bueno, que lo bueno era sólo el espíritu y el alma, y el cuerpo era la causa de todos los problemas humanos.
El Pensamiento Griego enseñaba que para estudiar un todo había que dividirlo en partes. El Pensamiento hebreo, entre tanto, enseña lo contrario. No, no se puede dividir. Necesita ser presentado en un todo. Por eso Pablo dice: Presenten a Dios el cuerpo... y conjuntamente el espíritu y el alma.

El Apóstol Juan lo expresa de esta manera:"Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente”. 3 Juan 1:2
Como líderes necesitamos recordar que somos un todo, un todo siempre útil en las manos de Dios. Necesitamos caminar, pensar, buscar, y por supuesto, también guardar nuestra salud integral como siervos de Dios. Sanos integralmente seremos una ofrenda de olor grato, agradable y santa ante el Señor a quien servimos. La salud física, emocional, sexual, mental y espiritual es nuestro reto, y éste siempre trae recompensa.
No podemos vivir una vida desequilibrada, porque tarde o temprano el colapso llegará. Por algo el Señor determinó un día de descanso semanal, que sirve para poder reponer nuestra profundidad con Él, para el descanso de nuestra vida personal y para la reconexión con los amados.
Amado líder. Toma la decisión de hacer un alto y evaluar tu camino. No hay muchos salvadores del mundo. Sólo uno y fue a la cruz por todos. Nuestro Maestro y Señor Jesús nos dio el ejemplo. Él no vivió hasta el deterioro total, sabía cuándo parar y cuándo desaparecer de la multitud.
La decisión es nuestra y la recompensa viene de Él.


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