Cuando nosotros entendamos y nos sometamos a Dios, no nos preocuparemos más del diablo.
Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Realmente, cada día que vivimos se convierte en una lucha más en contra del pecado, lucha en la que no podemos sobrevivir si no es por medio del Espíritu Santo de Dios en nuestras vidas.
Desde hace mucho tiempo hemos escuchado el pasaje de Santiago 4:7 y muchos de nosotros nos sabemos de memoria dicho versículo: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Pero este versículo, mas allá de ser una frase popular entre los cristianos, tendría que ser realidad viva en nuestro vivir diario.
Es cierto que si resistimos al diablo huirá de nosotros, pero hay algo que se tiene que hacer antes y de lo cual depende eso, que es “Someterse”.
Y resulta que el sometimiento puede ser una las cosas que más nos cueste cumplir; por naturaleza a los seres humanos no nos atrae someternos a nadie, pero en la vida cristiana y en el ámbito espiritual, la llave que abre muchas bendiciones de Dios es el sometimiento.
Cuando la Biblia habla acerca de someternos a Dios, está hablando de tener una verdadera relación personal con Él, o sea, vivir cada día enamorados de Él, poner en práctica su palabra y hacer de nosotros siervos fieles a Dios que anhelen y luchen cada día por vivir en santidad.
Entonces, y traduciendo este versículo a frases populares para que las podamos entender, sería de la siguiente manera: “Si tú tienes una verdadera relación personal con Dios, poniendo por obra sus estatutos y viviendo en cada momento en fidelidad y santidad, entonces podréis resistir al diablo y este huirá de vosotros”.
La única forma de hacer huir al diablo es a través de una vida de santidad y fidelidad a Dios, porque no hay cosa más terrible para el enemigo que un cristiano verdadero. Él jamás podrá hacer nada en contra de aquél que busca a Dios, que le anhela y cumple su voluntad.
Ahora bien: ¿Será que nos estamos sometiendo a Dios?, ¿será que el enemigo huye de nuestra presencia?, o ¿será que cada día tenemos que pelear con el mismo pecado a causa de no someternos a Dios y llevando una vida “más o menos" cristiana?
Amigo mío, es importante someternos verdaderamente a Dios. Cierto es que nuestra personalidad carnal jamás querrá hacer tal cosa, pero ahora ya no vivimos nosotros, sino que Cristo vive en ti y en mí, y por esta razón tenemos que renunciar a todo acomodo carnal que esté evitando este sometimiento. Es momento de examinar qué cosas están evitando nuestro sometimiento y evitar hacerlas de una vez por todas.
Todos anhelamos mantener una vida de bendición y que el enemigo, o sea, el diablo, no quiera ni acercase a nosotros, pero para que esto ocurra se necesita realizar el primer paso de este pasaje bíblico: someterse a Dios.
Cuando nosotros entendamos y nos sometamos a Dios, entonces no nos preocuparemos más del diablo, pues éste no soportará la santidad en nuestra vida y la fidelidad que demostramos a diario a Dios, y huirá de nuestra presencia que será un campo prohibido para él.
Hermanos amados, todos podemos hacer huir al diablo, pero... ¿estamos dispuestos a someternos?
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