domingo, 8 de septiembre de 2013

El adulterio espiritual - Reflexión

Qué doloroso es que la persona que tanto amas no te valore lo debido o no reconozca todo lo que haces por ella. La Biblia nos cuenta acerca de las historia de Oseas y Gomer:
Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora. Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal. Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez. Oseas 2:7-9
infidelidadGomer era una mujer adúltera, quien a pesar de que su pareja le había dado otra oportunidad, decidió irse tras sus amantes, sin reconocer que era su esposo el que siempre le dio lo mejor, tanto a ella como a sus hijos. Lo fuerte de esta historia es que Dios compara a su pueblo con esta mujer adúltera y dice: ¡Así eres tú!
Cierto es que todo tiene su tiempo, que todo lo que sembramos lo vamos a cosechar, que en la vida no sólo recibiremos premios y castigos, sino también, y sobre todo, las consecuencias de nuestras decisiones. Por lo tanto, a Gomer no le fue bien.
“Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” Isaías 59:2
Muchos, como ésta mujer, dejan su primer amor y se inclinan ante estatuas, imágenes, vírgenes o santos hechos a mano u otros ídolos para adorar, y otros lo hacen para darle gracias, sin reconocer, todos ellos, que la bendición viene del único Dios verdadero. Ésta actitud no sólo Le duele, sino que también nos aparta de Él. Recordemos que Dios no se aleja de nosotros, somos nosotros quienes nos alejamos de Él y de su bendición.
“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.” Oseas 2:14
Pero a pesar de todo, Dios sigue dándote otra oportunidad. Si estás pasando un tiempo de desierto, es un buen momento para examinarte y hablar con Dios. Tal vez no te hayas postrado ante una imagen, pero es posible que otro ídolo esté ocupando el lugar que sólo a Él le corresponde. ¡Acércate! ¡No importa cuál fue tu falta, Dios sigue dándote una nueva oportunidad!
¡Recuerda que siempre debes reconocer quién te dio todo y darle gracias! 

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