domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Dónde está tu valor? - Ánimo en mensaje

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Desgraciadamente, la sociedad suele estimar a las personas más por lo que hacen o tienen y no tanto por lo que son. Se reconoce a los grandes científicos, empresarios, políticos y artistas. Se les da un cierto estatus gracias a sus logros, poder, dinero, influencia, entre otras cosas; y a veces podemos caer en el error de determinar nuestro propio valor a través de dichas cosas, porque también puede ser por un buen trabajo, casa, coche, o títulos que poseamos.

En el tiempo de Jesús había fariseos y saduceos, personas que contaban con una gran preparación en la ley y con cierta reputación. Era determinado su valor por sus conocimientos. Entonces, ¿en qué se basó Jesús para escoger a sus discípulos?, ¿cómo determinó su valor? Muchos de ellos eran pescadores; Mateo trabajaba como cobrador de impuestos y por su oficio tenía mala reputación, Simón, el cananista, era un judío fanático que odiaba Roma. ¿Por qué les eligió? Jesús no determinó su valor por lo que hacían sino por quiénes eran, conocía sus corazones y lo que podrían llegar a ser a través de Él.

En la vida podremos lograr muchas cosas, reconocimientos, premios, ser conocidos mundialmente, pero, ¿qué le interesa a Dios?, ¿qué es lo más importante? Tu vida es más valiosa que todo lo que puedas tenerA Él le interesa en dónde está nuestro corazón, quiénes somos, cuáles son nuestras motivaciones, qué es lo que la gente no puede ver de nosotros y que sólo Él conoce y valora.
Dios escogió a David porque valoró quién era y no por lo que su propia familia pudiera decir. Él conocía su corazón. En el libro 1 Samuel 1:13-16, vemos cómo Dios le dice a Samuel que no se dejara engañar por la apariencia o estatura, porque eso era en lo que la gente se fijaba. Dios le dijo: “yo me fijo en el corazón”.

Pablo, antes de conocer a Jesús, era muy importante para la sociedad de aquella época, era de conducta intachable y fariseo perseguidor de los cristianos. Sin embargo, después de haber tenido ese encuentro con Jesús, supo que lo más importante en su vida sería conocerle a Él y no tanto lo que otros pudieran decir. Su valor no estaba en su gran historial sino en conocer a Cristo.

A Dios le interesa quiénes somos, nuestro corazón y en donde está. Él nos ha elegido para sus propósitos eternos. Aunque la sociedad quiera definirnos por lo que hacemos o logremos, Dios nos define por quiénes somos en Él.
No es nuestra sabiduría, valentía o riqueza lo más importante. Nuestro valor está en Cristo.

El Señor dice: "Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien se quiere enorgullecer, que se enorgullezca de conocerme, de saber que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, justicia y rectitud, pues eso es lo que a mí me agrada. Yo, el Señor, lo afirmo.

Jeremías 9:23-25 Versión Dios Habla Hoy

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