domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Cómo se puede convencer a un creyente de que la Biblia es la Palabra de Dios? - Preguntas bíblicas - Vídeo

Antes de tratar de responder a esta pregunta directamente, permítanme hacer una distinción importante desde el principio. Hay una diferencia entre la prueba objetiva y la persuasión o convicción que le sigue. Juan Calvino sostenía que la Biblia lleva a la persuasión y convicción, en cuanto a su testimonio, de que las marcas internas de la verdad que se pueden encontrar con sólo un examen del libro en sí, así como evidencias externas que corroboran la evidencia sustancial, constituyen pruebas sólidas de que sea la Palabra de Dios.

Sin embargo, la última cosa que la gente quiere es un libro diciéndoles que están en la desesperada necesidad de un arrepentimiento, de un cambio de vida y de inclinarse humildemente ante Cristo. No queremos convencernos de que el libro sea la verdad. Calvin dijo que hay una enorme predisposición y prejuicio construido en el corazón humano, que sólo la influencia de Dios - el Espíritu Santo - puede vencer. Calvin distingue entre lo que él llama los undicia, esas evidencias objetivas de la fiabilidad de las Escrituras, y lo que él llamó el testimonio interno del Espíritu Santo; diferencia que es necesaria hacer para que nos rindamos a la evidencia y reconocer que es la Palabra de Dios.
Pero puede que esto sea sólo una cuestión crítica de la que gran parte de la fe cristiana depende. La Biblia es la afirmación de que es la Palabra de Dios, sin adornos, que es la verdad de Dios, que viene de Él. Dios es, al unísono, el último autor y el prólogo, aunque de hecho se usan autores humanos para comunicar el Mensaje.

Al hablar con la gente sobre esto, tenemos que pasar por el laborioso proceso de demostrar en primer lugar, que la Biblia, como una colección de documentos históricos, es básicamente fiable. Las mismas pruebas que se aplicarían a Herodoto o Suetonio o cualquier otro historiador de la antigüedad, tendrían que aplicarse a los registros bíblicos. El cristiano no debe tener miedo a aplicar este tipo de normas históricas de la credibilidad de las Escrituras, porque han soportado una enorme cantidad de críticas con relación a este punto de vista y su credibilidad se mantiene intacta. Sobre la base de esto, llegamos a una idea: si el libro es básicamente fiable, no tiene por qué ser analizado de si es o no inerrante o infalible, sino que, y es lo que debería primar, nos da un retrato básicamente fiable de Jesús de Nazaret y lo que enseñaba.

Nos movemos de forma literal. Si podemos, y sobre la base de la fiabilidad general de llegar a la conclusión de que Jesucristo hizo lo que la historia afirma que hizo, indicaría que Jesús es más que un ser humano común y que su testimonio sería convincente. Sería aconsejable pasar primero un estudio de la persona de Jesús y luego hacer la pregunta, ¿qué enseñó Jesús acerca de la Escritura? A fin de cuentas, nuestra doctrina de la Escritura proviene de las enseñanzas de Jesús y de nuestra comprensión de lo que es.

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