domingo, 18 de agosto de 2013

Las Respuestas de Dios - Devocional aliento

No le reclames a Dios del por qué no te contesta a esa petición que según tú tiene que ser contestada.
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”. 2 Corintios 12: 7-9
Hoy meditaba sobre el hecho de que a veces Dios no quiere contestar de la forma que nosotros querríamos que lo hiciera.
Parece como si a veces quisiéramos que cada petición que pusiéramos delante del Señor, nos fuera contestada con un SÍ indiscutible, pero ¿qué pasa cuando Dios no quiere hacerlo?
Hay una cosa que tenemos que tener bien claro, y es el hecho de que para Dios no hay nada imposible, que hay cosas que Dios las puede hacer que no las hace, porque sabe que de esa manera mantendremos la sintonía con Él y los pies sobre la tierra.
El Apóstol Pablo nos podría dar una cátedra sobre esto, y es que a él le fue dado un aguijón en su carne que le abofeteaba para que no se enalteciera en gran manera (como lo leímos al inicio), y a pesar de que el mismo Pablo había orado y rogado al Señor para que se lo quitase, Dios no lo hacía.
A veces pensamos que nosotros tenemos como un pase VIP delante de Dios, que le obligaría a respondernos a cada petición que le hagamos, porque de no hacerlo ya no le serviríamos igual, ya no le buscaríamos igual... ¡Como si Dios estuviera obligado a responder siempre como nosotros quisiéramos!


Tenemos que aprender a aceptar el NO de Dios, ya que a pesar de que no entendamos muchas veces ese NO, debemos estar seguros de que era lo más recomendable para nuestra vida y salud espiritual. Dios, que te conoce mejor que tú mismo, sabe qué hacer y qué no hacer en tu vida, porque conoce las intenciones de tu corazón, porque sabe tu futuro y todo lo que vendría si contestara con un SÍ a todo lo que le pides.
Estas son palabras... "mayores", pues a ninguno de nosotros nos gusta que Dios nos diga NO cuando estamos pidiendo algo. El mismo hecho de pedir lleva la intención de recibir lo que estamos solicitando, pero hay momentos en nuestra vida que Dios no querrá hacer aquello que nosotros le estamos pidiendo, y ¿por eso va a dejar de ser Dios?, de ninguna manera; ¿será que no tiene el poder para hacerlo?, ni pensarlo, para Él no hay nada imposible. Es simple y sencillamente que NO QUIERE HACERLO, porque quiere enseñarnos algo más valioso que esa respuesta, y es SU GRACIA.
Cuando el Apóstol Pablo solicitaba que le fuera quitado ese aguijón, Dios mismo le contestaba: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Porque si realmente nosotros recibiéramos lo que merecemos, no seríamos dignos ni siquiera de solicitar el favor de Dios, pues somos pecadores por naturaleza y estamos orientados al mal. ¿Somos acreedores de qué? Mas por su Gracia somos hoy lo que somos.
No le reclames a Dios por qué no te contesta esa petición que según tú tiene que ser contestada; en lugar de reclamar y enojarte, disfruta de la GRACIA que Dios ha derramado sobre tu vida.
Dios actúa de una forma correcta y perfecta, Él conoce cada uno de tus anhelos y sabe qué darte y qué no darte, conoce tu pasado, tu presente y tu futuro, nada se le escapa y aunque desde tu punto de vista humano las cosas deberían ser como tú crees, desde el punto de vista Sobrenatural de Dios todo puede pintar diferente, porque Él sabe lo mejor para nosotros.
Por lo tanto, agradezcamos a Dios en TODO, deleitémonos en Él y sobre todo CONFIEMOS plenamente en que sus respuestas, sean un SÍ o un NO, siempre son PERFECTAS. Gocémonos en su GRACIA incomparable y tengamos la convicción y la certeza de que su PODER se perfeccionará en nuestra vida.
¡Las respuestas de Dios son Perfectas!

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