martes, 27 de agosto de 2013

Cansado, cargado y con vergüenza - Devocional - Vídeo

Llegaste aquí con el anhelo de que una palabra de parte de Dios pudiera ayudarte en este momento de enorme necesidad en tu vida.
Estás cansado, muy cansado, llevas una carga enorme y pesada sobre tus hombros que te hace pensar que no podrás sacarla adelante esta vez. Sientes que todo a tu alrededor se comienza a derrumbar y puede que una causa sean tus malas decisiones del pasado.
Estás allí expectante, con pensamientos de derrota, con un sentimiento de inestabilidad, no sabes qué hacer, piensas en soluciones que no son las correctas y que Dios no aprobaría nunca, y tu mente, cansada de tantos problemas, no te deja pensar con claridad y sabiduría.
¿Sabes?, te entiendo,... hay momentos en los que nada más que deseamos que las cosas fueran diferentes, en los que quisiéramos retroceder en el tiempo para evitar problemas actuales que realmente nos afectan, pero eso no es posible, lo hecho hecho está y ahora es el momento de afrontar las consecuencias y ser fuerte.
Estás allí solo en ese lugar, con una carga muy pesada. ¿No crees que es hora de descansar en Dios?, quizá ese sea tu anhelo, pero sientes vergüenza de acercarte a Dios porque sólo le buscas cuando le necesitas y no cuando todo va bien, pero a pesar de todo lo que pienses, Dios sigue estando allí a tu lado, esperando el momento en que vuelvas tu mirada hacia Él y reconozcas que ya no puedes luchar solo.
Me imagino a Dios viéndote con ojos de amor mientras tú por tu vergüenza no quieres acercarte a Él. Me imagino a Dios viendo cómo derramas lágrimas en soledad, mientras Él sigue con sus brazos abiertos esperando el momento en que decidas volver.

La tristeza te embarga, la soledad se hace cómplice de ella, parece que todo está mal, muy mal, un sentimiento malo se apodera de tu vida, mientras en tu mente sabes que la única salida es buscar de Dios, pero buscarle de verdad como le tienes que buscar.
Es allí, en medio de lágrimas y sentimientos encontrados, cuando por fin decides doblar tus rodillas delante de Dios, y te humillas reconociendo tu enorme necesidad mientras lloras como un niño, mientras le dices a Dios que quisieras ser como eras antes, cuando le amabas con todo tu corazón, cuando tu único objetivo era vivir para Él, cuando todo lo que hacías en tu vida tenia que ver con Él.
Lloras desconsoladamente mientras varias frases dirigidas a Dios salen de tu boca. Estás teniendo un encuentro especial con Dios.
Entonces Dios te mira con ojos de amor, te recoge, te consuela, te hace sentir amado mientras tú te sientes inmerecedor de ese amor; sin embargo Dios no te ama porque te lo merezcas, sino porque decidió amarte con un amor eterno (Jeremías 31:3), y por eso Él está dispuesto a perdonarte, a transformarte y a ayudarte en eso que hoy te abate.
No quieres levantar tu cabeza porque te sientes apenado hacia Dios, pues muchas veces necesitaste su ayuda y le prometiste hacer muchas cosas que no cumpliste, mientras Él sí lo hacía. Pero, ¿sabes?, Él no tiene rencor ni resentimiento, de hecho Él sabía que no cumplirías y a pesar de eso cumplió contigo, pues te quería demostrar su fidelidad a pesar de tu infidelidad, porque Él siempre permanece fiel (2 Timoteo 2:13).
Dios te consuela mientras levanta tu rostro y sólo ve en ti un hijo que realmente está arrepentido, humillado y con una necesidad muy grande. Dios no tiene nada que reprocharte, pero tiene mucho por qué amarte, porque tú vales la sangre de su Hijo.
No importa por lo que estés pasando, porque Dios ha de ayudarte si de corazón sincero le buscas; no importa si un día le prometiste algo y no lo cumpliste, porque Él sigue esperándote, así que hoy puedes comenzar a cumplir lo que un día prometiste. No importa si piensas que sólo le buscas cuando tienes una necesidad, porque Él no ha de negarte nunca su ayuda, pero es necesario que comiences a valorar todo lo que Él hace por ti, para que tú puedas retribuirle a través de una vida que realmente le agrade.
Quiero invitarte a descansar en Dios, a depositar tus cargas en Él, a echar fuera toda vergüenza que no te deja acercarte al Señor. Dios sigue esperándote, y la llave que abrirá ese momento precioso, es la humildad que debes tener, para reconocer tu enorme necesidad y tu actual estado delante de Él.
Dios quiere darte descanso, Él quiere tomar tus cargas, pero sobre todo Él quiere comenzar a tener una verdadera relación personal contigo.

¡Dios está a tu lado, no desperdicies está oportunidad!

“Luego dijo Jesús: Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.”

Mateo 11:28 (Nueva Traducción Viviente)
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario