Si, lo sé, tal vez piensas que nadie sabe por lo que has estado pasando últimamente, o que tendrían que ver lo que has vivido para comprender todo lo que sientes. Pedirte que luches es como pedirte que sigas manteniendo el sentimiento de dolor que has experimentado, y parece mejor rendirse que seguir luchando por algo que no sabes cuándo llegará.
A veces sólo nos dedicamos a pensar que Dios hará todo lo que le pedimos, pero nos olvidamos de que también debemos poner de nuestra parte. Sí, Dios nos dará la victoria final, pero toda recompensa requiere un esfuerzo.
Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas. Josué 1:9 (Traducción en Lenguaje Actual).
Si leíste con atención este verso de La Biblia, Dios le estaba diciendo a Josué que estaba con él y le ayudaría, pero le pedía que fuera fuerte y valiente; le estaba diciendo que estaría con él, pero al mismo tiempo le pedía esfuerzo y valentía. Para Dios no es difícil ayudarnos, pero si de algo se agrada, es de aquellos que luchan por merecer lo que tiene para entregarles.
Si bien es cierto que Dios tiene el control y la respuesta para todas las cosas, también hay que esforzarnos y luchar para obtener su ayuda. ¿Cómo lo haremos?, esforzándonos por merecer lo que le estamos pidiendo, no solamente cruzándonos de brazos esperando a que nos responda; a veces la lucha es con nosotros mismos, con nuestros temores y todo eso en lo que pensamos que nos hace creer que Dios no nos responde.
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