sábado, 13 de julio de 2013

El Visitante Nocturno - Reflexiones - Vídeo

Leandra Lynch acababa de terminar la residencia médica en el hospital de Woodland Hills, California. Como era el miembro del equipo de residencia con menor tiempo no podía escoger turno, por lo que le correspondió trabajar en emergencias la noche del 24 de Diciembre de 1980.
A las 9 en punto de la noche llegó la ambulancia con un hombre de unos 65 años, pálido y muy asustado, que había sufrido un infarto. Leandra le atendió con mucho amor y cuidado, y al día siguiente cuando ella terminó la guardia, le encontró dormido pero ya restablecido.
Al año siguiente, de nuevo le correspondió a Leandra la guardia el 24 de Diciembre. A las 9 de la noche le informaron que una pareja deseaba verla.
Cuando salió, el señor le dijo: ” Soy el señor Lee. El año pasado a esta hora usted me salvó la vida y vine a decirle gracias por el año que me regaló”. Su esposa y él abrazaron a Leandra y le dio un regalo. Leandra quedó muy conmovida.
El año siguiente, cumpliendo guardia nuevamente, el Señor Lee llegó otra vez a las 9 de la noche, esta vez con un niño en brazos. Quería mostrarle a su nieto y agradecerle otro año de vida.
Durante 13 años el Señor Lee y su esposa visitaron religiosamente a Leandra a las 9 de la noche de cada 24 de Diciembre, sólo para decir:
“Gracias”.
La última navidad que la visitó, le regaló una campana de cristal en la que figuraba grabada la palabra AMISTAD.
El Señor Lee murió después de trece visitas navideñas al hospital, pero aún hoy Leandra, su familia y sus amigos tocan la campana de cristal que él le regalo, a las 9 de la noche de cada 24 de Diciembre y brindan por el hombre que jamás olvidó volver.
Agradecimiento es una palabra que muchos olvidan, pero que el acto mismo de ella encierra un milagro.

Nunca olvidemos ser agradecidos.
2 Corintios 9:11 Para que estéis enriquecidos en todo para toda bondad, la cual obra por nosotros en acción de gracias á Dios.
Entonces uno de ellos, como vio que estaba limpio, volvió, glorificando a Dios á gran voz; y cayendo sobre el rostro a sus pies, le dio gracias y éste era Samaritano.
Lucas 17:15,16
Romanos 1:21 Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fue entenebrecido.

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