A veces no bastan muchas palabras para transmitir un mensaje, como tampoco es necesario pasar mucho tiempo para decirle algo a alguien. En ocasiones, dos sencillas palabras pueden tener más significado que horas de sermones sin sentido.
Se ven muchas cosas en las iglesias que parecen ser cristianas, pero que nos ponen tristes y que hacen dudar a muchos corazones. Probablemente usted haya sido testigo de esta realidad:
-Se recibe con las puertas abiertas al que viene en una camioneta último modelo, pero se mira de reojo al que viene mal vestido en un coche viejo y destartalado; no se repara en oraciones y bendiciones para el que está bien vestido, pero al que está mal vestido se le relega a la última fila y se ora por él más que nada por apariencias (si es que se hace).
-Se cuentan los diezmos y se considera más líder al que da más para la iglesia que al que tiene poco dinero, pero que ha puesto todo su esfuerzo para su crecimiento.
-Se hacen eventos que agrupan a muchísimas personas y se dice “Gloria a Dios”, pero con el tiempo se olvida a la gente que asistió a dichos eventos. Y se tiende a apartarse del camino de Dios: importan más la apariencias que la verdad; los líderes juzgan con severidad a los jóvenes que actúan de manera jocosa en la iglesia (no es que esté bien) y, con esos mismos labios, mienten y ocultan la verdad de Dios sólo por mantener su puesto de privilegio, y peor aún, si la iglesia les ha suministrado un trabajo; las personas no importan, no importan las necesidades del otro, siempre estamos orando “Yo quiero, Yo necesito, Yo espero” y olvidamos que Jesús nos enseñó a orar así: “Padre NUESTRO…”
-No llamamos a las personas, no nos interesamos por ellas ni por sus necesidades o angustias, y nos creemos muy santos porque desarrollamos proyectos “evangelísticos”, que en realidad hacemos para saber qué tajada sacamos (no es que esté mal proyectarnos, pero casi siempre le damos más importancia a nuestros deseos que a las necesidades del otro); cuando alguien se equivoca, los líderes tienen una mano para levantarle y decirle “¡ánimo!, ¡sigue adelante!”, pero con la otra tienen listo el cuchillo de la murmuración para enterrarle.-Las reuniones que se hacen, parecen más bien un círculo de politiquería barata o un concurso de popularidad, que una comunidad de personas donde está Dios; la verdad es que muchos dicen que Dios está con ellos, cuando en verdad no lo está porque no viven de acuerdo a su Palabra.
No son todas las iglesias, porque hay iglesias donde Dios sí está presente; esto va dirigido a los corazones de todos los cristianos sinceros que se han desviado del camino y que han dejado el primer amor; a todos aquellos que al leer estas palabras sienten verdadera indignación y que no dicen en su corazón “Yo no hago nada de eso”, sino que reconocen que también se han equivocado y que se les ha olvidado lo principal: la misericordia, la verdad y la justicia.
Gracias a Dios por todas las iglesias y corazones que están sanos delante de Dios; oramos porque esa sanidad permanezca y que el fuego del Espíritu Santo nunca se apague en ellos(as); pero para aquellos que reconocen que están enfermos y a quienes el Espíritu Santo haya hablado a su corazón, va dirigido lo siguiente:
DIOS QUIERE QUE VOLVAMOS AL CAMINO ANTIGUO; ESTO ES, A LA MISERICORDIA.
Dejemos de lado tanta política barata en las iglesias, tantos resentimientos y luchas por el poder, y empecemos a enfocarnos en lo que Jesús nos enseñó: El amor por el otro.
Es tiempo de reconocer que nos hemos alejado del camino de la misericordia y lo hemos vendido por un mundo de falsa religiosidad y de mentir, que no dista mucho del mundo del cual tanto hablamos y que tanto juzgamos en los sermones y en las charlas diarias (puede que sea peor).
Es tiempo de que nos volvamos a Dios, de que recordemos lo que significa la misericordia, de que indaguemos en la Palabra, que busquemos la presencia de Dios y que dejemos de lado nuestro ego y empecemos a vivir una vida de misericordia y de amor verdadero.
QUE DIOS TE BENDIGA
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará”
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará”
Salmo 1:1-3
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