A los 33 años, Jesús fue condenado a muerte. La
"peor" muerte de la época. Sólo los peores criminales murieron como
Jesús. Y con Jesús todavía fue peor, porque no todos los criminales condenados
a aquel castigo recibieron clavos en sus miembros.
Sí, fueron clavos... ¡y de los grandes! Cada uno
tenía de 15 a
20 cm ,
con una punta de 6 cm .
y el otro extremo puntiagudo. Eran clavados en las muñecas y no en las manos
como dicen. En la muñeca, hay un tendón que llega a nuestro hombro, y cuando
los clavos fueron martillados, ese tendón se rompió obligando a Jesús a forzar
todos los músculos de su espalda, al tener sus muñecas clavadas, para poder
respirar porque perdía todo el aire de sus pulmones.
De esta forma, era obligado a apoyarse en el clavo
metido en sus pies, que todavía era más grande que el de sus manos, porque
clavaban los dos pies juntos. Y como sus pies no aguantarían por mucho tiempo
sin rasgarse también, Jesús era obligado a alternar ese "ciclo"
simplemente para lograr respirar.
Jesús aguantó esa situación poco más de 3 horas. Sí, ¡más de 3 horas! Mucho tiempo, ¿verdad? Algunos
minutos antes de morir, Jesús ya no sangraba más. Solamente le salía agua
de sus cortes y heridas.
Cuando le imaginamos herido, imaginamos meras
heridas, pero no; las de Él eran verdaderos agujeros, agujeros hechos en su
cuerpo. Él no tenía más sangre para sangrar, por lo tanto, le salía agua.
El cuerpo humano está compuesto de aproximadamente 3,5 litros de sangre en
un adulto.
Jesús derramó 3,5 litros de sangre;
tuvo tres clavos enormes metidos en sus miembros; una corona de espinas en su
cabeza y, además, un soldado romano le clavó una lanza en su tórax.
Todo esto sin mencionar la tremenda humillación que pasó, habiendo cargado su propia cruz casi dos kilómetros, mientras la
multitud le escupía al rostro y le tiraba piedras; la cruz pesaba cerca de 30
kilos tan solo en la parte superior, en la que le clavaron sus manos.
Todo eso pasó Jesús, sólo para que tú tengas un
libre acceso a Dios.
Para que tengas todos tus pecados
"lavados". ¡Todos ellos sin excepción! No ignores esta situación. ¡ÉL
MURIÓ POR TI! No creas que Él murió por
otros, por aquellos que van a la iglesia o por aquellos monjes, curas,
pastores, obispos, etc.
¡Él murió por ti! Es fácil pasar un chiste, fotos
con tonterías o pornografías por e-mail, pero cuando es alguna cosa relacionada
con Dios, te da vergüenza pasarlo a los demás, porque te preocupa lo que ellos
puedan creer de tu moralidad.
Acepta la realidad, la verdad de que
JESÚS ES LA
ÚNICA SALVACIÓN PARA EL MUNDO.
Dios tiene planes para ti, enséñales a todos lo que
Él pasó, únicamente para darte la salvación. ¡Piensa en esto ahora! ¡Dios
bendiga nuestras vidas!
Señor, Tú conoces bien la vida de los demás. Te
pido que en todo aspecto tú les bendigas y les prosperes. Cuida de sus familias,
de su salud, de sus trabajos y de todos sus planes trazados. No les dejes
caer en tentación, mas líbrales del mal. En el nombre de Jesús, amén.
Piensa por un momento y aprecia el poder de
Dios en tu vida, por hacer lo que tú sabes que a Él le encanta.
Jesucristo dijo, "Si te avergüenzas de mí, yo
me avergonzaré de ti ante mi Padre".
Sí, amo a Dios. Él es mi fuente de existencia y mi
Salvador. Él me mantiene funcionando día y noche.
Sin Él, nada soy, pero con Él "todo lo puedo
en Cristo que me fortalece". Filipenses 4:13.
Ésta es la prueba más simple.
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